La Complutense cambió las normas para que Begoña Gómez controlara al 100% el máster y el profesorado
La Complutense cambió las normas para que Begoña Gómez pudiera controlar el máster a su antojo: contenidos y profesorado. Hasta su llegada los profesores del máster tenían que dar el visto bueno a la propuesta del título. Justo en las fechas en las que ella entró se acabó la ‘democracia’ del profesorado. Las decisiones se tomaban al cien por cien por la dirección del máster -donde estaba ella- y los jefes de la Universidad.
El primer máster de la mujer de Sánchez en esta Universidad Pública se celebró en el curso 2014-2015. Las normas de funcionamiento de los másters no oficiales y el resto de títulos propios -que era en lo que ella trabajaba- se regían por el “acuerdo del Consejo de Gobierno de fecha 27 de marzo de 2012 en el que se aprueba la Normativa de Titulaciones Propias de la Universidad Complutense”.
Las normas exigían determinados requisitos para los directores y profesores de los máster que fueron superados de una u otra manera más o menos extraordinaria. Entre ellos el de la formación del director del curso: hasta los alumnos tienen que tener titulación oficial universitaria y Begoña Gómez no es licenciada por mucho que ella puesto en infinidad de currículum que sí lo es.
Pero había un requisito complicado de sortear sin cambiar las normas: el que concedía un poder de control del máster a una especie de sistema democrático del profesorado. Ese directamente se eliminó por un cambio oficial en septiembre de 2014.
Un cambio oficial en septiembre de 2014 eliminó un requisito complicado de sortear sin cambiar las normas
Se trataba del punto que quitaba poder para manejar el máster a su antojo a los directores de máster no oficiales y a la cúpula de Gobierno de la Universidad. Y aparecía recogido en el punto 4.1.7 “Dirección de los cursos y profesorado”.
Allí se señalaba que “la propuesta [del máster] deberá incluir la aceptación expresa de todos los profesores que participen en el Título Propio”. Y ese punto, que confería parte muy importante del control del máster a los profesores fue eliminado en diciembre de ese mismo 2014.
La retirada de la aceptación expresa del profesorado, además, eliminaba quejas en caso de que el nivel no fuese excesivo o la adaptación del curso no fuese demasiado académica. Y es que los siguientes puntos de esas normas exigen que “los proyectos para la organización de cursos preverán un sistema de valoración de resultados, que formará parte de la memoria anual que ha de remitirse a la Comisión de Títulos Propios” y que “la Comisión de Títulos Propios antes de autorizar las enseñanzas conducentes a la obtención de un Título Propio, podrá recabar los informes técnicos que estime oportunos, tanto de los órganos colegiados de la Universidad como, en su caso, de los expertos a los que estime necesario consultar”. Pero excluido el criterio del profesorado, todo eso quedaba bajo el control de la cúpula de la Universidad y de la dirección del máster, donde estaba la mujer de Sánchez.
Con todo ello, OKDIARIO ha revelado ya que la Complutense contrató a dedo a la mujer de Sánchez sin convocar plaza por su “experiencia”. Que carecía de formación universitaria oficial y pese a ello la colocó en másteres propios de la Universidad. Que su titulación era inferior incluso a la requerida a los propios alumnos del mismo máster. Y que, además, pese a las exigencias de los acuerdos internos de la Complutense y no haber cumplido Begoña Gómez los requisitos para ser personal laboral de la Complutense, la Universidad le duplicó los cursos y másteres que daba.