Puigdemont a todo tren: 7.000 € por día en los viajes al extranjero para hablar del ‘procés’

Los viajes al extranjero de Carles Puigdemont para gloriar los beneficios de una Cataluña independiente supusieron un coste de 146.804 euros en un solo año, según datos del Portal de Transparencia de la Generalitat. La cifra resulta aún más llamativa considerando que fueron once viajes y el de mayor duración apenas ocupó cinco días. Según estos datos, Puigdemont solo estuvo fuera de Cataluña 20 días, con un coste para las arcas públicas de 7.000 euros diarios. En desplazamientos de ida y vuelta en 24 horas, el ex president llegó a gastar hasta 12.000 euros.

Es el caso del viaje que, el 3 de abril, Puigdemont realizó a Bolonia (Italia). El motivo, según agenda, participar en la inauguración de la 54 edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil. En la realidad, una ‘excusa’ para defender la independencia e insistir en sus reclamaciones. El ex presidente catalán presumió allí de que «por primera vez, un país sin estado» tuviera «rango de invitado oficial» en «un escaparate excepcional» como la feria boloñesa y se refirió a Cataluña como una «nación libro»: las editoriales catalanas, destacó, facturan la mitad de toda España.

El coste de ese viaje fue de 11.961,66 euros y Puigdemont se hizo acompañar, entre otros, por su director de oficina, el de gabinete, el técnico de protocolo, un fotógrafo y tres escoltas. La duración: un día. 

Apenas dos días después de su regreso, el jefe del Govern se desplazó a EEUU, para reunirse con el ex presidente norteamericano Jimmy Carter. El viaje, de nuevo, tenía un evidente interés propagandístico para el independentismo y el único fin de lograr el apoyo de Carter a la ‘causa’. En su lugar, Puigdemont recibió un sonoro plantón: Carter le trasladó que ni él ni el Centro que preside-dedicado a la mediación de conflictos y observación de procesos electorales- se implicarían en la convocatoria de un eventual referéndum de independencia. La Generalitat destinó a ese viaje-dos días-18.776,18 euros, de los que 14.671,43 fueron para los billetes de avión.

Fracasos sonados

Al fracaso americano le habían precedido otros, no menos sonoros. En enero, Puigdemont acudió al Parlamento Europeo para ofrecer la conferencia ‘El referéndum catalán’. El ex president no fue recibido por ninguna autoridad comunitaria, y su equipo se afanó en llenar la sala alquilada con catalanes residentes en Bruselas, o llegados directamente de Cataluña, entre ellos, incluso menores. De nuevo, Puigdemont intentó dar bombo y platillo a su acto propagandístico, y se acompañó de una delegación con su fotógrafo particular,  sus ‘jefes’ de protocolo y gabinete, dos escoltas y el jefe de su dispositivo de seguridad. El coste, por un día, 8.110,60 euros. 

Unos meses antes, el destino elegido fue París. La agenda incluyó una visita a la delegación catalana en Francia y Suiza, contactos con empresarios y una conferencia en Sciences Po, foro de debate político. Tampoco en esa ocasión fue recibido por ninguna autoridad, a excepción de la presidenta de la región d’Île-de-France, Valérie Pécresse, con quien firmó un convenio de colaboración para fortalecer las relaciones entre ambas regiones. En su intervención, Puigdemont reclamó la mediación europea en la ‘crisis’ catalana y no se libró de las críticas del auditorio. Uno de los asistentes le recordó que el proceso era un «golpe de Estado» sin legitimidad y su partido, «uno de los más corruptos de la historia». La intervención del joven fue respaldada por el resto del aforo.

El viaje, de nuevo un fracaso, costó 6.204,48 euros. Dos días en los que Puigdemont se acompañó, además de su delegación habitual, por hasta dos técnicos de protocolo. 

Aunque el mayor importe fueron los 81.866,56 euros del ‘tour’ por EEUU-Boston, Washington, Nueva York-un periplo de conferencias, reuniones con empresariados y catalanes emigrados, e incluso una visita al Museo Judío o una recepción organizada por el F.C.Barcelona en las oficinas del club. 

Su último viaje institucional al extranjero fue el pasado 27 de junio y con destino a Roma, para asistir al acto de nombramiento del arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, como cardenal. Dos días y 7.649,94 euros.

Otros desplazamientos fueron a Oporto, para participar en la inauguración de una exposición sobre Joan Miró (un día y 2.930, 26 euros), a Londres (4.366,33 euros por dos días en los que se reunió con distintos empresarios y participó en una conferencia del think tank Chatham House en la que admitió que la vía unilateral tenía «elementos negativos»).