El plan B separatista en unas ‘elecciones 155’: no presentarse y crear un parlamento paralelo
Un movimiento tan arriesgado como audaz, y que podría dejar sin candidaturas independentistas en unas eventuales nuevas elecciones autonómicas en Cataluña. A la espera de lo que puedan deparar estas 72 horas que tiene de plazo Carles Puigdemont para confirmar si ha declarado o no la independencia de Cataluña, los separatistas preparan la respuesta ante la más que previsible aplicación del artículo 155 con el objetivo de convocar nuevos comicios como destino final.
Un nuevo regate que consistiría en no acudir a esas elecciones a las que el Gobierno, PSOE y Ciudadanos apuntan como solución a la intentona golpista. Una idea lanzada por la exdiputada de la CUP, Eulália Reguant, y que ha recogido el líder de Demócratas de Cataluña y portavoz de Junts Pel Sí Antoni Castella en una entrevista en medios catalanes.
«Si el Estado fuerza unas elecciones, el independentismo debería plantearse no estar». Es la idea fuerza que se abre paso entre los partidos que respaldan el golpe de Estado. Por eso, la primera apuesta de los secesionistas pasa por aceptar, incluso instar al Gobierno que preside Mariano Rajoy, a aplicar el 155.
Objetivo: una crisis institucional «enorme»
«La aplicación del 155 es incluso legítima si no te has proclamado independiente. Se puede estar en desacuerdo, pero es legítimo y legal. Si has proclamado la independencia, le has dicho al mundo que ya no estás sometido al ámbito político y judicial español. Y no estás obligado, en absoluto, a obedecer las instrucciones que vengan del Estado. Hacer esto no es desobedecer, porque ya has proclamado que eres un estado independiente», dice Castella.
Lo que, deslizan los separatistas, aplicarían inmediatamente a una convocatoria electoral en Cataluña: «La unidad del independentismo pasa por ese escenario», y, por tanto no presentarse. «Yo creo que es una de las cosas que hay que plantearse. Si llegaran hasta ese extremo, deberíamos forzar el conflicto haciendo un acuerdo global y no reconociendo este proceso electoral. Esto puede llevar una crisis institucional enorme».
Y la desarrollan. Si hubiese unas elecciones sin JxSI (62 diputados) y la CUP (10), el parlamento catalán quedaría en manos de Ciudadanos (25), PSC (16) y PP (11). Algo que no les importaría porque, de facto, se daría visibilidad a la doble legalidad que pretenden los golpistas. «Se establecería una doble vía parlamentaria», advierten.
Dos parlamentos paralelos
Y es que ese sería el plan B tras no acudir a esos comicios. Llegar a una suerte de parlamento ‘bis’ y para el que avanzan incluso un nombre: «Asamblea de Electos». Sin temor alguno a desarrollar no ya una legalidad paralela, sino un poder legislativo superpuesto. «Para nosotros, la lógica es que si hay una mayoría que ha refrendado y ha proclamado la independencia, el Parlamento de Cataluña es único y soberano».
En la perversión de su lógica, los golpistas incluso descartan que su iniciativa fuese contra la Ley: «En todo caso, sería España quien estaría intentando montar una especie de órgano paralelo. Es una cuestión de reconocimientos propios y de cambio de marco mental». El mundo, pero sobre todo el principio de legalidad que fundamenta cualquier Estado de Derecho, completamente del revés.
Una jugada en el tablero de ajedrez de la independencia, la de no presentarse a las elecciones que se convoquen al amparo del 155, que planean si finalmente Puigdemont no da marcha atrás y el Ejecutivo pone en marcha ese artículo de la Constitución, aún en su versión más «light». De esta forma, le habrían dado la vuelta a la respuesta que ultiman PP y PSOE y, de nuevo, poniendo en cuestión la actuación del Gobierno.