El héroe de Las Ramblas: «Saqué a un niño de los bajos de la furgoneta de los terroristas»
En momentos de pánico y ante algo desconocido, nadie sabe cómo va a reaccionar. El gesto heróico de Noorullah Esaakhel salvó el jueves 17 de agosto más de una docena de vidas en Las Ramblas de Barcelona. Noorullah tiene 29 años y es afgano. Trabaja como promotor del restaurante El Rey de Estambul en la calle Hospital, perpendicular a Las Ramblas.
Como cada día a las 16:47 horas, Noorullah se encontraba en la esquina entre las dos calles con un menú en la mano dispuesto a convencer a turistas y vecinos para llevarles a su restaurante a comer. «Escuché demasiado ruido, para el que hay normalmente, y me asomé a ver qué pasaba. De pronto vi una furgoneta estampada en el quiosco de flores de enfrente, a 50 metros, y cómo avanzó despacio hasta pararse ahí delante», explica el promotor.
«Creí que era un conductor borracho»
Noorullah no tuvo miedo y en un arranque entre curiosidad y valentía decidió acercarse para ver qué pasaba. «Creí que era un conductor borracho que se había estampado. Me acerqué a la furgoneta y ahí es cuando vi a un niño en los bajos del vehículo. Tendría unos 5 años y lo saqué de ahí con cuidado para llevarlo al restaurante. Estaba muy mal. Tenía las piernas muy mal y le tuvimos que atar estas con cinta, que teníamos dentro, para llevarlo luego a la ambulancia cuando vinieron los médicos», relata.
«Puede llevar una bomba»
Este héroe anónimo no solo salvó la vida del pequeño sino que decidió salir de nuevo a por más víctimas que se encontraban tiradas por Las Ramblas mientras entraban los primeros efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la zona. «La Policía fue muy rápida y ahí es cuando me vieron. Un agente se me acercó y me gritó: ‘¡No se acerque a la furgoneta! Puede llevar una bomba. Son terroristas’. Ahí es cuando, verdaderamente, tomé conciencia de lo que estaba pasando y seguí ayudando con más fuerzas», explica.
Noorullah siguió ayudando a más personas y llevándolas al restaurante mientras que en los medios comenzaban a publicarse las primeras noticias. Algunos testigos de los sucedido habrían contado que vieron a los terroristas salir corriendo de la furgoneta y atrincherarse con rehenes justo en el restaurante El Rey de Estambul. Algo totalmente falso y que tras la alarma inicial fue desmentido por los Mossos D’Esquadra. «Los testigos me vieron correr con heridos y pensaron que era el terrorista. De ahí la confusión que hubo», explica Noorullah.
El promotor cuenta que la guardia urbana fue la primera que llegó al lugar de los hechos junto con la Policía Nacional. «Los médicos acudieron más tarde y pude ayudarles trasladando a todos los heridos a las ambulancias. La guardia urbana nos dijo que nos quedásemos ahí, con la persiana del local medio bajada, porque estaban buscando a los terroristas. Estuvimos ahí hasta las 11 de la noche. Fue cuando los agentes se anotaron nuestros documentos de identidad y nos acompañaron hacia la salida por la Plaza San Jaime», relata Noorullah.
«No vi a los terroristas»
El afgano en ningún momento vio a los terroristas. El desconcierto y el asombro se hacen patentes en su cara cuando habla de que en ningún momento vio a los terroristas.
Y tiene su propia hipótesis que él mismo contó a la policía: «Vi a la furgoneta empotrada en el quiosco de flores y cómo se paraba a 50 metros de mi puesto de trabajo y ¡no había nadie dentro! Cuando fui a cruzar, un coche pasó deprisa en ese momento y no me llegué a fijar quién había dentro porque lo interpreté como algo normal. Pasan millones de coches al día por Las Ramblas. Pero, sin duda, los terroristas podrían haber huido en ese coche porque en la furgoneta no había nadie y no vi a nadie correr ramblas arriba», señala Noorullah.
El promotor de El Rey de Estambul se ha hecho famoso en todo el barrio y estos días, tras el atentado, los vecinos de la zona se acercan para darle las gracias y preguntar por él, para que les cuente cómo pasó todo y por qué decidió arriesgar su vida y salir a ayudar a las víctimas sin conocer qué estaba pasando.
«No quiero reconocimientos. Solo quiero que la gente no piense que todos los musulmanes somos terroristas porque no es así. Si los hubiera visto, me hubiera lanzado a retenerles hasta que hubiera venido la policía. Ahora más que nunca tenemos que ser fuertes para que esto no vuelva a suceder», concluye. Por cada uno y por todos.