Vías de financiación interna

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Ahorra en la declaración de la Renta. (Foto: GETTY).

Para empezar una actividad, toda empresa precisa de recursos. Hay quien dispone, ya de un buen inicio, de un capital para empezar y, por lo tanto, no precisa endeudarse. En este caso, hablamos que existe una financiación por recursos propios. Ahora bien, normalmente, lo más habitual es tener que pedir algún tipo de recurso al exterior. Entonces, nos estamos financiando mediante deuda. Si es así, hay que tener en cuenta que el importe que se ha pedido deberá devolverse en el plazo estipulado con intereses.

Por lo tanto, hay que estar seguros y haber estudiado con anterioridad (mediante un completo plan de empresa) que se conseguirán los suficientes beneficios para reponer la cantidad demandada. En este primer tutorial, hablaremos del primer tipo. Para evitar tener que endeudarse, un emprendedor puede escoger las siguientes vías:

Invertir los ahorros

Puede que una persona o grupo que decide emprender disponga de los ahorros necesarios para empezar la actividad. Una opción es invertirlos en la nueva empresa con el objetivo que dé un rendimiento. En este caso, hay que asegurarse que se dispone de algún tipo de colchón para afrontar los primeros meses, ya que lo más habitual en todo negocio que empieza es que en un principio no haya beneficios o que éstos sean muy reducidos.

Buscar socios capitalistas

Encontrar otras personas o compañías que estén interesadas en invertir en el negocio. En este caso, hay que saber escoger con quién se establece la alianza y cómo se realiza el reparto de beneficios una vez empieza a haber. Es importante encontrar una persona con la cual haya una cierta afinidad y que haya demostrado en el pasado solvencia y confiabilidad y que, sobretodo, está implicado y motivado. De esa forma, nos aseguramos una relación sólida, estable y duradera.

Capital riesgo

Es una opción muy poco habitual, ya que solamente se da en casos de grandes cantidades de dinero. Se trata de empresas que invierten temporalmente (no acostumbran a permanecer en el capital más de seis o siete años) con el fin de lanzar una empresa en la cual ven un potencial. Consecuencia de la crisis, esta vía ha perdido la importancia que tenía hace unos años. Para atraer a este tipo de empresas, una vía que se utiliza es lo que se llama Performance ratchet. Consiste en ofrecer un porcentaje de las acciones más grande en caso que la empresa funcione pero, por el contrario, más bajo si los resultados no son los esperados.

Por los propios ingresos de la actividad

Se trata de una vía con mucho riesgo ya que, en caso de no conseguir las ventas esperadas, es imposible seguir financiando la actividad. Además, solamente puede realizarse en unos tipos de negocio muy concretos en los cuales no existe el pago aplazado y se recibe el montante de la venta justo en el momento que ésta se realiza.

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