Telecomunicaciones

La venta de la fibra rural de Telefónica por 1.000 millones atrae a su socio en Brasil CDPQ y a Allianz

Telefonica, dividendo,
Sede de Telefónica.

La aseguradora Allianz y la firma de inversión canadiense Caisse de dépôt et placement du Québec (CDPQ) se perfilan como «candidatos claros» para entrar como inversor financiero en la sociedad de fibra rural de Telefónica, de la que se ha puesto a la venta en torno a un 45%, según fuentes del sector consultadas por este diario, en una operación que podría rondar los 1.000 millones de euros.

Se espera que esta semana lleguen las ofertas no vinculantes, indicaron las mismas fuentes. El consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá, adelantó el pasado jueves en una conferencia con analistas tras la publicación de los resultados del primer trimestre de la compañía que este mes recibirían la primera ronda de ofertas y confirmó que el grupo mantiene negociaciones con inversores para su desembarco en el capital de la FiberCo, con un interés hasta ahora «muy saludable», dijo.

Las mismas fuentes del sector señalaron que tanto Allianz como CDPQ parten con ventaja porque ya han trabajado con el gigante de las telecomunicaciones español en el pasado en otros mercados y conocen «la mecánica de colaboración en sociedades mixtas con Telefónica».

En Alemania, la operadora española comparte un vehículo para el despliegue de fibra con Allianz, que posee el 50% y es el principal inversor, con Telefónica Infra, con un 40%, y Telefonica Deutschland, con un 10%. Por su parte, en Brasil cuenta con otra joint venture de infraestructuras en la que CDPQ posee un 50% y el resto está en manos de Telefónica Brasil (Vivo) y Telefónica Infra, ambas con una participación del 25%.

«Lo han considerado mucho para poner sobre la mesa una oferta», indican. «Alguno de ellos puede tener cierta exposición de riesgo a una sola compañía como Telefónica, aunque sea en varios países», agregan.

KKR, fuera del proceso

Las mismas fuentes descartan que el fondo de inversión estadounidense KKR, un sospechoso habitual en este tipo de transacciones, participe en este proceso, dado que ya es uno de los dueños de MásMóvil, que pasará a ser un rival directo de Telefónica si prosperan las negociaciones con Orange para crear la mayor operadora de España por clientes, y tiene una participación del 49% en Reintel, la filial de fibra óptica de Red Eléctrica. «Serían posiciones muy contradictorias», destacan las fuentes.

Y ello a pesar de los antecedentes. Telefónica ha vendido en el último año a KKR el 60% de la fibra en Colombia por 180 millones de dólares y otro 60% de la de Chile por unos 500 millones de euros, y en 2017 le transfirió el 40% de su filial de infraestructuras Telxius por 1.275 millones de euros.

KKR declinó hacer comentarios a sobre su posible interés en la red de fibra rural de Telefónica.

Pero a diferencia de los modelos en los que sus socios Allianz y CDPQ atesoran al menos un 50% del capital de los respectivos vehículos conjuntos, en este caso la compañía española no quiere que la participación que adquiera el nuevo socio sea del 50% o superior, detallaron otras fuentes del mercado. El motivo es la «sensibilidad» que tiene Telefónica con el mundo rural por ser una empresa española, explicaron.

Esta sociedad, cuya creación se anunció en febrero, prevé alcanzar una cobertura de más de 5 millones de hogares pasados con esta red de tecnología de nueva generación, especialmente en áreas rurales. De ellos, 2,5 millones de unidades inmobiliarias ya están construidas y serán traspasadas por parte de la propia Telefónica, y una cantidad similar corresponderán a los nuevos despliegues.  Todo ello  contribuirá a cerrar la brecha digital de las zonas rurales, al centrarse en poblaciones de menos de 20.000 habitantes.

En esta operación, Telefónica está siendo asesorada por BBVA y AZ Capital, según cofirmaron a este diario fuentes cercanas a la transacción. Vilá indicó el jueves pasado que se trata de «un proyecto industrial» que tiene perspectiva de crecimiento, y que cuenta con opción de recibir subvenciones para el desarrollo de la fibra en la España vaciada que aún dispone de este servicio.

Según apuntó ya Vilá en febrero, este vehículo pretende «facilitar la consolidación de un espacio hoy fragmentado donde hay varios operadores» pequeños que tienen unidades inmobiliarias ya pasadas para apuntar a ratios atractivos de penetración en los hogares de zonas con menor densidad en la construcción de estas infraestructuras.

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