Los vecinos de un pueblo de Castilla, al límite por los okupas: insultos, amenazas, violencia y hasta un arma blanca

La situación con los okupas en España es trágica y ya hay sitios como Aranda del Duero, en Burgos, donde han okupado barrios enteros. De hecho, hasta los menores son partícipes de la okupación.
En Aranda del Duero varias familias han okupado distintas casas de dos calles cercanas. Desde entonces los vecinos viven con miedo: insultos, golpes, violencia, apuñalamientos, etc.
La situación es tan insostenible que el programa de Antena 3 Espejo Público quiso hacer un reportaje al respecto. ¿Cuál fue el resultado? Su reportera María Hernando acabó sufriendo la violencia en sus propias carnes.
Un pueblo de Castilla víctima de los okupas: hasta se atreven delante de las cámaras
Cuando María Hernando, la reportera de Antena 3, llegó a Aranda del Duero quiso interesarse por las opiniones de los okupas, pero lo único que recibió fueron insultos y amenazas.
«Que no queremos hablar. ¿No lo entiendes? ¿Tenéis que venir aquí a hacer tantas preguntas?», le repetían entre insultos. De hecho, por muy educada que fue el resultado fue que la acabaron echando.
La periodista y el cámara tuvieron que abandonar el lugar donde se ubicaban los okupas entre amenazas bajo la excusa de que no estaba respetando su privacidad.
Los vecinos ya no pueden con los okupas: «No saben vivir en sociedad»
Unas vecinas sí que se atrevieron a hablar con la periodista, aunque en el pasado pronunciarse sobre la okupación en el barrio había provocado agresiones.
«Hay una serie de pisos que han sido okupados por gente que no sabe vivir en sociedad», decía. Otra vecina replicaba: «Aquella calle es un delirio; la otra, otro. Problema de la okupación y de todo.
De hecho, no dudan en admitir que la violencia ha aumentado: «Como es un pueblo pequeño lo vemos todo, antes no había movidas de este tipo. Todo el mundo se ha pegado con todo el mundo, con las manos».
Los menores okupas son un problema: se creen inmunes y la violencia aumenta
Uno de los temas que más preocupa a los vecinos son los menores de edad, pero por ambas partes. De una forma u otra están siendo protagonistas de esta trágica historia.
Por ejemplo, a los niños de los vecinos toca ir a buscarles al colegio, ya que los padres ya no se atreven a que vengas solos porque «cuando no se están matando en una calle, se están matando en la otra».
De hecho, ya han denunciado un ataque con arma blanca: «Han apuñalado a un chaval al lado del estanco donde vamos con los niños a comprar cromos».
Por parte de los okupas, sus hijos menores de edad no están en el colegio en horario escolar y unas vecinas ya fueron agredidas por hablar de okupación.
Sus agresoras se sienten impunes: «Como tienen 16 años van jactándose de que eran menores y que podían pegar con total impunidad».
El patriarca que ayuda a la okupación se justifica
La periodista también pudo hablar con Ángelo Barrul, que defendió que lo acusaban falsamente de ayudar a que los okupas entrasen a las viviendas por ser gitanos y mezclarse con ellos en la calle.
Defendió que su relación sólo era de cordialidad aunque afirmó que si les podía ayudar económicamente lo haría. También restó importancia a la violencia porque, según él, no es nueva.
«En todos los barrios hay conflictos y más en barrios donde no sólo se reúnen familias gitanas. Hay marroquís, colombianos, hay ecuatorianos. Somos muchos».