pide más ayudas públicas para reindustrializar la zona

Trabajadores de Nissan se manifiestan en Barcelona en plena incertidumbre por la llegada de la china GMW

Trabajadores de Nissan en Barcelona
Trabajadores de Nissan en Barcelona
Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

Unos 600 trabajadores de Nissan, según fuentes de la Guardia Urbana, se han movilizado la mañana de este viernes en Barcelona para «exigir a las administraciones la implicación necesaria a nivel político» para poder avanzar con el proyecto de reindustrialización con el candidato prioritario Great Wall Motor (GWM) y activar con urgencia las distintas alternativas.

La marcha se ha iniciado a las 10.00 horas y ha ido desde la planta de la Zona Franca -donde se ha realizado una Asamblea con los trabajadores- hasta la Ronda Litoral (Barcelona).

La reunión de trabajadores se ha centrado en explicar la situación después de la falta de entendimiento con GWM «tras la auditoria que hizo la compañía en las plantas de Nissan la pasada semana, que terminó cuestionando la capacidad productiva de las plantas catalanas, así como el estado de los activos». Según las mismas fuentes, ya se ha activado un segundo escenario «que valora la posibilidad de reindustrialización con el ‘hub’ de electromovilidad» liderado por la catalana QEV Technologies.

El 1 de diciembre está convocada una reunión oficial de la mesa de reindustrialización donde los trabajadores «exigirán que se aclaren y concreten los proyectos actualmente prioritarios».

Más ayudas

La compañía china GWM ha reclamado a las administraciones públicas un aumento de las ayudas para llevar a cabo el proyecto de reindustrialización de las plantas de Nissan en Barcelona tras realizar una auditoría que cuestiona la viabilidad del proyecto. Una comisión de técnicos de GWM, la mejor situada para hacerse con la planta de Nissan en la Zona Franca cuando la multinacional deje de operar el 31 de diciembre, trabajó durante una semana en Barcelona para evaluar el funcionamiento de la fábrica y ha redactado un informe posterior que cuestiona la inversión.

GWM se plantea ahora «una redimensión» de su negocio para Europa y pone en duda tanto el estado de los activos como la capacidad productiva de la fábrica de Zona Franca, ya que pasa de plantear una producción inicial de 150.000 unidades al año a una de 300.000, el doble, según las mismas fuentes.

La firma china cree necesario aumentar la inversión para «actualizar» la planta, por lo que solicita más incentivos a las administraciones, que se habían comprometido ya a una inyección de unos cien millones de euros.

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