El tejido empresarial se desangra con Sánchez: cada día cierran 53 compañías
Pese a que lo peor de la pandemia parece haber quedado atrás, las empresas españolas siguen sufriendo la caída de ingresos y el incremento de costes. La economía española cerró el mes de octubre con cerca de 35.750 empresas menos que antes de la crisis en términos promedios y en comparación con 2019. Esto supone que en el año y medio posterior a la crisis se ha producido una sangría de empresas, que se ha llevado por delante a 53 sociedades cada día.
Hasta octubre de este año sólo se ha recuperado el 65% de la caída en el número de empresas experimentada en los primeros meses de la pandemia, según Cepyme, que ha destacado que, aunque el año empezó bien por el efecto base, el crecimiento en el número de empresa ha ido perdiendo vigor de manera progresiva hasta el tercer trimestre de 2021. A cierre de octubre, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social era de 1.318.777, lejos de los 1.340.414 de diciembre del 2019.
El encarecimiento de los precios de la energía y de la crisis de suministros ha debilitado «notablemente» en el sector industrial, donde se registra un saldo negativo de empresas de más de 3.000 sociedades en comparación con los primeros diez meses de 2019. En relación a octubre de 2020, la industria tuvo un crecimiento casi plano, de sólo el 0,3%.
Una situación que no parece preocupar a Pedro Sánchez. Las ayudas directas que el presidente del Gobierno anunció a bombo y platillo están siendo un fracaso, y no porque las empresas no las necesiten. Los duros requisitos del Ejecutivo socialista para poder acceder a estos fondos hacen que el 48% de los 7.000 millones de euros aprobados para ayudar a las empresas más afectadas por la pandemia aún no se han repartido y en torno a un tercio se quedarán previsiblemente sin ejecutar, ya que las solicitudes registradas no cubren todos los recursos a disposición de las comunidades autónomas.
La subida de la luz pone en jaque la recuperación
Este optimismo de las empresas españolas de cara a 2022 está sujeta a mucha incertidumbre y distintos condicionantes, como las dificultades de abastecimiento de bienes, componentes y materias primas; el comportamiento de los precios de la energía y otras materias primas; o el ritmo de ejecución de los fondos europeos ‘Next Generation’, según la ‘Encuesta de Perspectivas Empresariales 2022’, elaborada por la Cámara de Comercio de España.
Precisamente, los precios de la energía y materias primas son considerados por las empresas españolas como el principal condicionante de su actividad para 2022, seguido por los costes laborales. Así lo señalan seis de cada diez empresas encuestadas -el 62,8% en el caso de los precios energéticos y el 59,1%, en relación con los costes laborales-.
Y no es para menos. Mientra el Gobierno de Pedro Sánchez da la callada por respuesta, el recibo de se situó en noviembre en 115,18 euros, un 68,1% por encima de los 68,50 euros del mismo mes del año pasado, siendo así la segunda factura más cara de la historia tras la del pasado octubre. Una tendencia que viendo los datos de este mes de diciembre va a prolongarse durante los próximos meses.