Te pueden hacer un destrozo: la razón por la que te puedes quedar sin tu pensión por incapacidad
En España, la obtención de una pensión por incapacidad permanente es un proceso complejo, pero perderla puede resultar aún más complicado. Es crucial que los trabajadores afectados por lesiones o enfermedades que afectan su capacidad laboral estén atentos a los requisitos establecidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social para evitar la retirada de su pensión. Además, existen diversos escenarios, como la muerte del beneficiario, la suspensión, la extinción por revisión de la invalidez declarada o el reconocimiento de la pensión de jubilación, que pueden llevar a la eliminación de esta prestación. Por tanto, es esencial comprender los casos en los que se puede quitar esta ayuda en 2023.
Pensión por Incapacidad Permanente
En el año 2023 se introdujeron novedades en la pensión por incapacidad permanente, con un aumento del 8,5%. Este incremento de la pensión ha afectado a casi un millón de beneficiarios y ha generado cambios en las cuantías mínimas y máximas, dependiendo de los cuatro grados de discapacidad reconocidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social: parcial, total, absoluta y gran invalidez.
Aunque cualquier persona que esté incluida en cualquier régimen de la Seguridad Social puede ser beneficiaria de esta pensión, no existe un listado oficial de enfermedades que otorguen el derecho a recibirla. Un Tribunal Médico deberá evaluar el grado de incapacidad del trabajador, y según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, el 53,47% de las solicitudes de estas prestaciones se deniegan.
Por qué puede suspenderse la pensión
La pensión por incapacidad permanente es revisable hasta que se alcanza la edad ordinaria de jubilación. La Seguridad Social podrá exigir que se realice una revisión del grado de discapacidad, lo que puede resultar en la suspensión del ingreso en los siguientes casos:
- Actuación fraudulenta del beneficiario para obtener o conservar el derecho a la pensión de manera ilícita.
- Incapacidad permanente debida o agravada por imprudencia temeraria del beneficiario.
- Incapacidad permanente debida o agravada por rechazar o abandonar, sin causa razonable, el tratamiento médico prescrito durante la situación de incapacidad temporal.
- Rechazo injustificado o abandono de tratamientos o procesos de readaptación y rehabilitación por parte del beneficiario.
Además de la suspensión, la Seguridad Social puede extinguir la pensión por incapacidad permanente en los siguientes casos:
- Revisión con resultado de curación.
- Fallecimiento del beneficiario.
- Reconocimiento del derecho a la pensión de jubilación, si se cumplen las condiciones para acceder a esta prestación.
- Revisión de oficio fijada por la entidad gestora en casos legalmente permitidos que resulten en la pérdida del derecho a la pensión.
Aunque la anulación de la pensión por incapacidad permanente no es una buena noticia, los beneficiarios van a tener opciones para intentar recuperarla, siempre y cuando su estado de salud no haya mejorado. Estas opciones incluyen:
- Reincorporarse al puesto de trabajo siempre que exista el derecho a ello.
- Solicitar el subsidio por revisión de incapacidad al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) si no es posible volver al trabajo.
- Presentar una reclamación previa administrativa para impugnar la resolución del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Este tiene un plazo de 45 días para responder.
- Iniciar un proceso judicial si la reclamación previa no es favorable, presentando la demanda ante el Juzgado de lo Social en un plazo de 30 días.
- Recurrir a instancias superiores en caso de que la sentencia judicial no declare la invalidez permanente.
En resumen, entender los casos en los que se puede quitar la pensión por incapacidad permanente es fundamental para los beneficiarios, y conocer las opciones disponibles en caso de suspensión o extinción proporciona un marco claro para la toma de decisiones y la defensa de sus derechos.
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