La tasa de destrucción de empleo vuelve a niveles precrisis, según el Banco de España
A los datos que anuncian la llegada de un cambio de ciclo económico se suma el impacto negativo que tendrá este año la subida del SMI.
La recuperación del mercado laboral presenta ya varias señales de agotamiento. La última de ellas ha sido recogida en el último informe trimestral sobre la economía española que presentó ayer el Banco de España. En uno de los apartados, la institución analiza el aumento de las posibilidades que tienen los españoles en este momento de pasar de trabajar a estar en las listas del paro. Y concluye que la tasa de destrucción de empleo volvió a finales de 2018 a los a niveles anteriores a la crisis de 2008 si se tienen en cuenta los flujos de salida de personas ocupadas a una situación que, además de paro, incluye inactividad (ver gráfico).
El organismo señala que quienes más sufren las consecuencias de la destrucción de empleo son los empleados con contrato temporal y reclama medidas en materia laboral para «potenciar el atractivo de la contratación indefinida». Un tipo de contratación que en el mes de febrero se estrelló. Según los datos del Ministerio de Trabajo, los contratos fijos, a jornada completa y parcial descendieron en en segundo mes del año en 5.590 contrataciones (-3,21%) respecto a las que se hicieron el mismo mes de 2018.
En ese mes, también comenzó a verse el efecto de la subida de golpe en un 22% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, explicó este miércoles que es pronto para concluir cuál será el efecto final de esa subida sobre el empleo, pero se reafirmó en que no será positivo. En ese sentido, aludió a los malos datos de paro registrado del mes de febrero para señalar que confirman lo que el Banco de España ya intuía: que el SMI reducirá en siete décimas el empleo ya en 2019 y afectará a los colectivos más vulnerables del mercado laboral. En este grupo están los jóvenes que acceden al mundo del trabajo, los empleados mayores de 45 años y los sectores y comunidades autónomas en las que el pago del SMI es mayor por el enfoque de su actividad económica a negocios como la hostelería.
El organismo que preside Pablo Hernández de Cos ya había pronosticado que el alza del SMI aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez podría llevarse por delante 125.000 empleos.
Ayer, el responsable de Economía y Estadística explicó que el empleo seguirá este año la trayectoria del PIB y crecerá un 1,6% este ejercicio (una décima más que en sus últimas proyecciones), pese a los efectos negativos del SMI. Con esto, la tasa de paro cerrará en 2019 en el 14% para caer al 12% en 2021, según sus cálculos.
Atentos a la productividad
Otro de los efectos colaterales del SMI será el aumento de la llamada productividad aparente debido a que el alza en los salarios más bajos destruirá el empleo menos productivo en un primer momento.
El peligro de los efectos de un alza salarial generalizado no ligado a la productividad ha sido incluido por el Banco de España entre los grandes riesgos internos para la economía española este año junto con la incertidumbre de cuál será la política económica en función del Gobierno que salga de las urnas.
Los datos disponibles hasta el momento llevaron a Arce a expresar su «inquietud» por los indicadores de salarios negociados en convenio, que reflejan una subida generalizada del 2,2% en febrero, un punto más que el año pasado.
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