Las sicav, condenadas por el Gobierno: desde 2018 desaparece una cada menos de tres días
Según el último Boletín de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el primer semestre del año se cerró con 2.334 sociedades de inversión de capital variable registradas. A cierre de 2018, año en que Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno había 2.713 sicav, como se conocen a estos vehículos. Es decir, hay 379 menos, lo que supone la desaparición de una cada menos de tres días.
Si se tiene en cuenta el mismo documento, durante los seis primeros meses de este año se produjo la baja de 96 sicav, y tan sólo tres altas. Más de dos tercios de las bajas (67) fueron consecuencia de procesos de liquidación, mientras que 13 fueron absorbidas en procesos de fusión y 15 se transformaron en otro tipo de entidades.
El descenso en el número de entidades se ve reflejado también en el de accionistas, que retrocede en lo que va de año un 3,7%, teniendo en cuenta el cierre del ejercicio anterior, hasta alcanzar los 348.825 a finales de junio. A cierre de 2018, las sicav tenían 416.029 accionistas, con lo que se han reducido en 67.204.
A pesar del descenso del número de vehículos, el patrimonio de estas IIC se incrementó un 4,9%, hasta alcanzar los 28.291 millones de euros en el primer semestre del año, un avance que se explica únicamente por el rendimiento de la cartera de estas instituciones, que fue cercano a los 2.000 millones. El patrimonio medio por sicav aumentó en el periodo en poco más de 1 millón de euros, situándose en 12,1 millones al cierre de junio.
Mientras que el ritmo de desaparición desde el cierre de 2018 es exactamente de una sicav cada 2,6 días, el rendimiento de las inversiones de estos vehículos ha hecho que el patrimonio se incremente en 455 millones.
Aunque el número de estos vehículos ya se venía reduciendo, el sector considera que la puntilla ha sido la aprobación de la nueva Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal, en el Congreso de los Diputados, que contó con el rechazo de PP y Vox.
Hasta la aprobación de esta medida, para formar una sicav la ley exigía que contasen con un capital mínimo de 2,4 millones de euros y 100 partícipes, conocidos como “mariachis”. Cumpliendo estos requisitos legales, las sicav podían acogerse al tipo de gravamen del 1% en el impuesto de sociedades.
Con el cambio de normas en el juego realizado por el Gobierno, para que las sicav se puedan acoger al 1% sólo contabilizarán los accionistas que sean titulares de acciones por importe igual o superior a 2.500 euros, o 12.500 euros en el caso de una sicav por compartimentos.
Para aquellas sociedades que se disuelvan como consecuencia de esta regulación, la ley plantea un régimen transitorio de seis meses exento de impuestos que está condicionado a la reinversión en otros instrumentos.
Desde que Sánchez es presidente del Gobierno varias han sido las grandes fortunas que han decidido dar carpetazo a sus sicav, la más recientes Tortuga 2014, del fundador de Clínica Baviera, Eduardo Baviera o Kiluva 2015, del presidente de Naturhouse, Félix Revuelta.
Antes de eso, en abril de este año, liquidó su sicav la familia Sainz de Vicuña, relacionada con la Coca-Cola en España. Desde la llegada a la presidenia de Sánchez otros nombres que han desaparecido son los de Almagro Capital, de la familia Ybarra, propietaria de Vocento, o Consulbic, la sicav más antigua de España.