Sangría en los sindicatos españoles: pierden más de 700.000 afiliados desde que arrancó la crisis
Los sindicatos españoles están perdiendo representatividad a marchas forzadas. Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha actualizado las cifras de afiliación sindical en el club de los países ricos, se está produciendo una sangría en los sindicatos españoles: en conjunto cuentan con 730.000 afiliados menos que cuando arrancó la crisis en 2008.
Aunque la falta de peso en la sociedad española se ha visto en las últimas huelgas y movilizaciones (que han tenido escasa asistencia de manifestantes), lo cierto es que ahora las estadísticas lo confirman. En 2008 la afiliación ya era baja, con solo un 17,5% de los empleados apuntado a uno de los sindicatos nacionales. Sin embargo, en 2018 se ha reducido al 13,6%, la más baja de toda la serie histórica.
¿Qué quiere decir este dato? Que apenas un trabajador de cada diez está apuntado en una central sindical para defender sus derechos. A pesar de ello, organizaciones como UGT y CCOO siguen teniendo un peso muy grande en la toma de decisiones en el mercado laboral, como por ejemplo en la subida del salario mínimo, que ya ha destruido empleo en sectores como el comercio, la agricultura y el servicio doméstico.
Hace una década había 2,94 millones de afiliados a las centrales sindicales y en la actualidad hay 2,21 millones de afiliados. Es decir, que han perdido en este periodo más de 730.000 socios. Desde que comenzó la recuperación la caída también ha continuado. De hecho, en 2013 había 2,52 millones; en 2014, 2,4 millones; en 2015, 2,24. Sólo en 2016 hubo un leve repunte de apenas 12.000 afiliados hasta los 2,252 millones. En 2017 y en 2018 ha continuado la sangría, bajando a 2,23 hace dos años y a 2,21 el pasado.
La caída de la afiliación no se produce porque haya menos empleados, sino que prácticamente hay los mismos empleados que en 2008, en torno a 16 millones de personas, según las estadísticas de la OCDE.
La pérdida de peso de los sindicatos españoles provocó que el Gobierno español -cuando el Consejo de Ministros lo presidía José Luis Rodríguez Zapatero- retirara las estadísticas que daba anualmente el Estado sobre la evolución de las centrales. Finalmente los datos que recoge la OCDE son los que facilitan las propias centrales. Concretamente UGT, CC.OO, ELA-STV, USO and CSI-CSIF, como indica la metodología del organismo que preside Ángel Gurría.
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