Sánchez castiga al automóvil en 2022: comprar un coche será 1.000 € más caro por la subida de impuestos
Tras un 2021 negro, el sector de la automoción enfila el nuevo año con pesimismo por la subida de impuestos que provocará un encarecimiento de los coches nuevos de entre 800 y 1.000 euros desde el 1 de enero de 2022 por la entrada en vigor de la normativa europea WLTP. La falta de suministro de piezas, el retraso de las ayudas, el cierre de factorías -como es el caso de Nissan en Barcelona- y la obsesión del Gobierno de Pedro Sánchez de convertir de un plumazo el parque móvil español con más de 13 años de antigüedad en eléctrico, también complicará el futuro de los fabricantes y concesionarios que retrasan la recuperación de las matriculaciones de turismos al 2024.
Así, 2022 tampoco va a ser el año de la automoción ya que con la entrada en vigor del alza del impuesto de matriculación se perderán entre 70.000 y 100.000 unidades matriculadas adicionales este año, lo que podría provocar que España cierre el ejercicio por debajo del millón de unidades hasta ser el peor mercado de los principales en Europa, según la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto).
El 1 de enero de 2021 entró en vigor la nueva normativa europea de emisiones WLTP, aprobada en 2018, en España. Mientras otros países como Italia o Francia -principales mercados de la automoción en Europa- acordaron prorrogar la moratoria para evitar un desplome mayor de matriculaciones de vehículos nuevos. Una decisión que se aleja de la que tomó el Gobierno de Pedro Sánchez, que prefirió penalizar al sector pese a registrar una caída de ventas de casi el 33% en el año duro de la pandemia. No obstante, seis meses después, la oposición -a través de una enmienda del PDeCAT- salió al rescate y neutralizó el alza del impuesto de matriculación hasta el 31 de diciembre de 2022 con la oposición de PSOE y Unidas Podemos.
El origen del hachazo fiscal se encuentra en la entrada en vigor de la nueva normativa europea de emisiones WLTP, aprobada en 2018, que sustituye el protocolo NEDC, que era menos exigente con los vehículos. ¿El objetivo? Ajustar a la realidad los consumos y las emisiones homologados de los vehículos. No obstante, este impuesto llega en uno de los peores momentos para el sector afectado por los efectos derivados de la crisis del coronavirus, que ha provocado un desplome de la confianza de los consumidores, y la falta de abastecimiento de piezas en las factorías que ha dejado los concesionarios vacíos.
Así, la exención de pagar el impuesto de matriculación pasa de los 144 gramos a 120 g/km, lo que reduce drásticamente el número de vehículos que se libran de la penalización del fisco por las emisiones de su vehículo. De este modo, la «descongelación» de esta tasa impositiva afectará a alrededor del 40% de los nuevos vehículos matriculados, que dejarán de pagar cero euros por comprar un coche nuevo.
Los vehículos que emiten de 120 a 160 gramos pasarán a pagar un 4,75% de este impuesto, mientras que los clientes que compren automóviles con emisiones de entre 160 y 200 gramos abonarán un 9,75% y aquellos vehículos que expulsan más de 200 gramos -último tramo- deben abonar un 14,75%.
Otros problemas del sector en 2022
Al aumento de impuestos hay que sumar la falta de suministro de piezas que podría alargarse más allá de 2022 y para lo que las factorías españolas ya se han preparado aplicando expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por causas productivas y organizativas hasta diciembre de este año. Este es el caso de las plantas de Renault Valladolid y Palencia; Stellantis Vigo, Zaragoza y Madrid; Ford Almusafes o Volkswagen Navarra por las paradas en las líneas de ensamblaje derivadas de los cuellos de botella de las cadenas de suministro a nivel mundial.
Un escenario que se produce en plena transición del vehículo de combustión al eléctrico para lo que el Ejecutivo ha movilizado 4.300 millones de euros -3.000 millones de maná europeo- para impulsar está reconversión. Unas ayudas -bajo el nombre de PERTE- que aún no se pueden solicitar pese a que se presentaron en el mes de julio -en un gran acto en Moncloa, como siempre que Sánchez anuncia algo-. El presidente del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, ya ha dado un toque de atención al Gobierno cansado de tanta promesa del Ejecutivo y ha avisado que la llegada de las nuevas adjudicaciones para las plantas españolas dependen de cuando se activen las ayudas.
Otro de los grandes problemas para el Gobierno en materia de automoción es la planta de Nissan Barcelona que desde mayo de 202o se ha convertido en un quebradero de cabeza. Pese a que el gigante japonés ya se ha ido de forma definitiva de la Zona Franca, los terrenos no tienen un proyecto de reindustrialización claro tras la retirada del proceso de reindustrialización de la china Great Wall Motors (GWM) y más de 1.500 trabajadores pasarán a formar parte de las colas del paro este mes de enero.