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Sablazo fiscal a estas personas: así castiga la Seguridad Social a 20.000 autónomos

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Blanca Espada

Si eres autónomo y compaginas tu actividad con un trabajo por cuenta ajena, debes estar muy atento al nuevo sistema de cotización por ingresos reales, que en teoría pretendía ser más justo y adaptado a cada situación personal, ha terminado convirtiéndose en un quebradero de cabeza para miles de trabajadores en pluriactividad. Lo que parecía un ajuste técnico se ha transformado, para unos 20.000 autónomos, en un verdadero sablazo fiscal por parte de la Seguridad Social.

El cambio ha pillado por sorpresa a quienes confiaban en que la Seguridad Social actuaría con coherencia. Hasta ahora, los autónomos que también cotizaban en el Régimen General (por ejemplo, asalariados que emprendían en paralelo) tenían una especie de compensación. Cotizaban por la base mínima como autónomos, y se les devolvía el 50% de esa cuota. Algo que se entendía como una forma de no sobrecargar a quien ya contribuía al sistema por partida doble. Con la nueva regulación, sin embargo, todo ha cambiado a peor. Lo más grave es que este nuevo método no sólo obliga a pagar más, sino que no mejora ni un céntimo la futura pensión. Es decir, cotizas más, pero a efectos prácticos tu jubilación no se ve reforzada. Muchos profesionales, en su mayoría mujeres, se sienten estafados por parte de la Seguridad Social hacia miles de autónomos.

Sablazo fiscal de la Seguridad Social a miles de autónomos

La Seguridad Social ha aplicado su revisión con una lógica puramente numérica. Se han regularizado las cuotas del ejercicio 2023 en base a los rendimientos reales, lo que ha afectado a 1,6 millones de autónomos. De ellos, 796.000 habían cotizado menos de lo que correspondía y han tenido que pagar la diferencia. Este ajuste, en sí mismo, no habría sido tan polémico si no fuera por la situación de los autónomos en pluriactividad.

Y es que estos trabajadores ya estaban cotizando por la base máxima en el Régimen General debido a su empleo principal. Lo lógico sería pensar que esa aportación ya cubre con creces sus obligaciones. Sin embargo, al aplicar la nueva regularización, también se les exige cotizar como autónomos por la parte proporcional de sus ingresos, sin descontar lo ya pagado en su otra actividad. El resultado: un sobrecoste injustificado.

Muchos de estos autónomos han pasado de pagar unos 3.600 euros al año a tener que desembolsar el doble, es decir, 7.200 euros anuales, de los que sólo se les devolverán 3.600. La otra mitad se pierde en el limbo del sistema, sin que tenga reflejo alguno en su pensión. En otras palabras, están pagando el doble por el mismo derecho, sin ninguna mejora futura.

Una situación que afecta a muchas mujeres

Buena parte de los afectados por esta doble cotización son mujeres, muchas de ellas profesionales que compatibilizan su empleo por cuenta ajena con actividades como la asesoría, la docencia, la psicología, el diseño o la consultoría. Son perfiles que, precisamente, han buscado reforzar su independencia económica, aportar más valor a la sociedad y mantenerse activas en diferentes ámbitos.

La nueva normativa las penaliza sin embargo precisamente por eso. Y no hablamos de grandes empresarios ni de sueldos millonarios. Hablamos de profesionales de clase media que, además, ya estaban cumpliendo con todas sus obligaciones fiscales. Para ellas, este sistema ha supuesto una carga económica difícil de asumir, y lo peor: sin contrapartida alguna en su protección social.

Desde asociaciones como ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos) ya se han alzado voces muy críticas. Su presidente, Lorenzo Amor, ha llegado a calificar la situación como «una estafa de la Seguridad Social» y un «atraco a mano armada». Y no es para menos. Porque esta sobrecotización no es accidental: es estructural. Y nadie parece dispuesto, por ahora, a corregirla.

Una pluriactividad que va en aumento, sin protección adecuada

Lo más preocupante es que este tipo de trabajadores no son una minoría residual. Al contrario, el número de autónomos en pluriactividad se ha disparado casi un 50% en los últimos cinco años, pasando de 183.209 en 2020 a 269.146 en abril de 2025. En solo un año, se han sumado más de 23.000 personas a esta modalidad.

Es una tendencia al alza, impulsada por la transformación del mercado laboral y la necesidad creciente de diversificar ingresos. La digitalización, el teletrabajo, la economía del conocimiento… Todo apunta a que cada vez habrá más personas compaginando empleos. Pero si el sistema no se adapta, no solo les estará castigando económicamente, sino también desincentivando el emprendimiento y la productividad.

Pese a que la Seguridad Social ha reconocido el problema, hasta el momento no se ha ofrecido ninguna solución concreta. Ni un calendario de reforma, ni una medida transitoria, ni siquiera una fórmula de compensación. Solo declaraciones genéricas que no calman a quienes ya han tenido que pagar de más.

ATA y los afectados piden una corrección urgente

Las principales asociaciones de autónomos insisten en que esto no puede quedar así. Desde ATA, por ejemplo, se niegan a avanzar en ninguna otra negociación con el Gobierno mientras esta situación no se corrija. Y no es una cuestión política, sino de justicia. Porque si el sistema de cotización por ingresos reales está pensado para ser más equitativo, no puede acabar penalizando a quienes más contribuyen.

Además, existe un agravio comparativo que muchos consideran intolerable. ¿Por qué alguien que ya cotiza por el máximo en el Régimen General tiene que volver a hacerlo en el RETA sin recibir nada a cambio? ¿Por qué su esfuerzo no mejora su pensión, ni le otorga mayores derechos? ¿Dónde queda el principio de proporcionalidad?

Lo cierto es que este sablazo fiscal ha dejado al descubierto las grietas de un sistema que, lejos de modernizarse, ha optado por parchear sin revisar en profundidad sus contradicciones internas. Y si no se toman medidas pronto, no sólo se perderá la confianza de miles de trabajadores: también se condenará al fracaso una reforma que, en su origen, prometía justicia y sostenibilidad.

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