Sabadell contacta con accionistas de Unicaja: intentará comprarlo si fracasa la OPA de BBVA
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, ha iniciado conversaciones informales con algunos de los principales accionistas de Unicaja con vistas a retomar la operación de compra que descartó hace un año en el caso -cada vez más probable- de que fracase la OPA lanzada por el BBVA sobre la entidad catalana.
Así lo aseguran fuentes conocedoras de estos contactos, que explican que Oliu no quiere perder tiempo para hacer una operación corporativa si finalmente la oferta del BBVA no llega a buen puerto. «Quiere blindarse cuanto antes por miedo a que otro intente comprarle a él, después del susto», sostiene una de las fuentes.
Y Unicaja es la presa más lógica para ese blindaje si BBVA no tiene éxito, puesto que el Sabadell ya contempló seriamente la compra del banco andaluz hace un año, como informó en exclusiva OKDIARIO entonces. Pero acabó por descartar la operación por el agujero de Unicaja en sus carteras de deuda pública, que llegó a alcanzar 1.700 millones; una cantidad que el Sabadell habría tenido que aflorar, lo que habría tenido un fuerte impacto en su capital.
Ahora, esa pérdida se ha reducido a una cifra entre 500 y 600 millones, según las fuentes, gracias a las bajadas de tipo de interés que impulsan el precio de los bonos en el mercado. Asimismo, es un buen momento desde el punto de vista bursátil, puesto que la cotización de Unicaja ha caído desde los niveles de 1,36 euros que alcanzó en julio hasta los 1,08 en que cerró ayer. No obstante, este factor puede variar mucho de aquí a que se solvente la OPA del BBVA, algo que puede alargarse hasta el próximo verano.
Necesaria reestructuración
Otro elemento relevante es el deseo de algunos accionistas relevantes de Unicaja por salir del capital en una operación que les ofrezca un precio atractivo. Según las fuentes consultadas, algunos de estos accionistas creen que Unicaja -pese a la llegada de José Sevilla a la presidencia- no ha sido capaz de reestructurarse para mejorar su eficiencia (la peor del sector). Y la situación empeorará en un contexto de bajada de tipos que reduce los márgenes del negocio bancario. Por ello, consideran que la única solución es una operación corporativa que acometa la necesaria reducción de costes.
Los accionistas contactados por Oliu son principalmente la familia Domínguez, dueña de la firma de moda infantil Mayoral, que posee el 8,5% de Unicaja (aunque en la CNMV sólo aparece el 5%), y el empresario inmobiliario Tomás Olivo, con algo más del 9,4%. Ambos inversores también son accionistas del Sabadell, pero tienen participaciones inferiores al 3%, por lo que no tienen obligación de comunicarlas.
Se trata de un porcentaje minoritario del capital, insuficiente para asegurar el éxito de una eventual oferta. Sin embargo, las fuentes explican que, si ambos respaldan la operación y las condiciones son atractivas, los fondos de inversión y los accionistas minoritarios de Unicaja acudirán a una OPA del Sabadell. Y las fundaciones bancarias de Unicaja y Cajastur (que aglutinan en torno al 37% del capital) se verían obligadas a sumarse o mantendrían una posición minoritaria en una posterior fusión de las dos entidades.
Esta operación es imposible ahora mismo porque la normativa de las OPA obliga al consejo del Sabadell al llamado «deber de pasividad», es decir, a no tomar «cualquier actuación que pueda impedir el éxito de la oferta» salvo la búsqueda de un caballero blanco, es decir, una oferta competidora. En el caso de la OPA del BBVA, el banco que preside Oliu encargó a Goldman Sachs y a Morgan Stanley sondear posibles interesados, pero el mejor posicionado, BNP Paribas, declinó la invitación.
Por esta misma razón legal, Sabadell tampoco puede vender su principal activo fuera de España, el británico TSB, que sería otra medida que claramente puede dificultar el éxito de la OPA del BBVA.