Sabadell ‘blinda’ su participación en Pescanova hasta que la empresa esté consolidada
Abanca y Banco Sabadell son los máximos accionistas de Pescanova con un 40% y un 24,5% respectivamente y, según ha podido saber OKDIARIO, la entidad que preside Josep Oliu no pretende desprenderse a corto plazo de su participación, pese al ruido producido hace unos días sobre una hipotética venta.
Si bien es cierto que Banco Sabadell no tiene en Pescanova una intención de permanencia a largo plazo, la entidad con sede en Alicante no tiene previsto desprenderse de su participación hasta que la compañía esté saneada y viable. Cabe recordar, en este sentido, que tras Abanca y Banco Sabadell, CaixaBank y Bank of America, con un 15,3 y un 3,4% respectivamente, son el tercer y cuarto accionista de la compañía.
El consejero delegado del Sabadell, Jaime Guardiola, reconoció en la presentación de resultados del pasado viernes que, aunque sí piensan salir de la compañía a largo plazo, están «encantados» con la evolución de su negocio y con el equipo directivo. «Creemos que está funcionando muy bien, pero no somos accionistas de por vida”, admitió al ser cuestionado sobre las expectativas del banco en Pescanova.
Pero lo cierto es que, aunque la compañía no va por mal camino, aún está lejos de estar en los niveles que la banca espera. Y es que Pescanova cerró 2018 con un ebidta de 75 millones de euros, pero sus acreedores esperan que alcance los 140 millones de euros para dar por finalizada su crisis. Llegado ese momento, será cuando entidades como Banco Sabadell comiencen a plantearse la venta.
Abanca afianza su posición
La entidad financiera Abanca ha ampliado este mismo martes su peso en el accionariado de Nueva Pescanova en un 6,03% al adquirir un paquete de títulos a Banco Santander (5,82%) y Caixa Geral de Depósitos (0,11%), hasta alcanzar el 39,29%.
Este lunes, en la presentación del balance del primer semestre, el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, avanzó la intención del banco de permanecer como accionista de referencia de Nueva Pescanova a largo plazo porque «es una empresa estratégica de la economía gallega y, en especial, del sector del mar».
Crisis de Pescanova
La crisis de Pescanova comenzó en 2013, tras negarse a publicar sus cuentas anuales y cambiar de auditor a KPMG desde BDO. Tras ello, la compañía acabó admitiendo una deuda de 4.000 millones de euros con la banca.
Tres años más tarde, Pescanova se vio obligada a hacer una gran ampliación de capital que desembocó con grandes bancos en su capital, momento en el que la compañía ponía en marcha un Plan Estratégico 2020, que culminaba o bien con una venta privada o bien con una salida a Bolsa.