Quién es quién en la CNMC: los consejeros que decidirán sobre la OPA de BBVA a Sabadell
La CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y Competencia), cuya decisión será clave para la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell, cambió la semana pasada la composición de sus salas. Serán cuatro consejeros los que decidan las condiciones que se imponen a la operación, en principio con mayoría favorable al Gobierno -que se opone a la oferta-. Pero puede haber sorpresas.
Lo que acordó el consejo de la CNMC fue la rotación de dos consejeras entre sus dos salas: la de Competencia y la de Supervisión Regulatoria. Se trata de un movimiento habitual en el organismo, que en este caso ha llevado a la sala de supervisión a María Jesús Martín Martínez, la protegida de Teresa Ribera y su marido, Mariano Bacigalupo, y, por ello, candidata a presidir la futura Comisión Nacional de la Energía. A cambio, Pilar Sánchez Núñez pasa a la sala de competencia, la que tiene que decidir sobre la OPA.
Esta sala queda conformada por cuatro consejeros: la citada Pilar Sánchez, Xabier Orametxea, Bernardo Lorenzo Almendros y la propia presidenta de la CNMC, Cani Fernández.
Fuentes cercanas al organismo explican que Sánchez, que se incorporó al organismo en 2020 a propuesta del PSOE por su amistad con Nadia Calviño, «votará a favor del Gobierno, es decir, es pro Banco Sabadell». Eo significa que votará a favor de imponer unas duras condiciones (remedies) a la OPA para reducir las sinergias para el BBVA y así hacerla menos atractiva para sus accionistas. Y menos atractivo aún subir el precio de la oferta.
Por el contrario, Ormaetxea -nombrado por el PNV- se alinea con el BBVA y será más proclive a unas condiciones más laxas, en línea con las ofrecidas por el propio banco y con las impuestas a la fusión de CaixaBank con Bankia. El PNV no ha sido muy expresivo a la hora de defender la OPA, pero sí es claramente partidario del banco con sede en Bilbao, pese a que la entidad financiera que verdaderamente le importa no es el BBVA sino KutxaBank (que controla a través de las fundaciones de las antiguas cajas de ahorros vascas).
Hasta aquí, por tanto, tenemos un empate. El tercero en discordia es Bernardo Lorenzo, un histórico del PSOE que ha desarrollado toda su carrera en las telecomunicaciones. Fue presidente de la antigua Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), de donde fue destituido por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013. Recurrió la decisión, el Supremo le dio la razón y Luis de Guindos le nombró Consejero de la CNMC en ejecución de sentencia.
En manos de Fernández
Dada su filiación socialista, lo normal sería que se alineara con Pilar Sánchez para que la CNMC imponga las condiciones más duras posibles al BBVA y tumbar así la OPA sobre el Sabadell como desea el Gobierno. Sin embargo, las fuentes consultadas explican que «hará lo que diga Cani Fernández», la presidenta del organismo, que es a quien se debe Lorenzo.
Por tanto, la decisión final respecto a la mayor o menor dureza de la CNMC (nadie se plantea seriamente que vaya a prohibir directamente la operación) va a depender de Fernández. Y «ella decidirá lo que menos le afecte en su carrera profesional en Europa después de la CNMC», según las fuentes.
Como informó OKDIARIO en mayo, Fernández está preparando el día después de su salida de la CNMC, máxime cuando le van a quitar la regulación energética -su principal responsabilidad- y quiere trabajar en el sector privado en Europa (es experta en derecho comunitario).
«Fernández querrá estar a bien con todo el mundo en la OPA del BBVA sobre el Sabadell y dar una imagen de imparcialidad y profesionalidad al frente de la CNMC que no le cierre puertas», añaden las fuentes. Y eso cuestiona que vaya a seguir ciegamente los dictados del Gobierno; además, ella es amiga de Calviño, que es quien la colocó en el cargo, pero no de Carlos Cuerpo.
En su decisión final pueden influir también las 15 organizaciones empresariales y sindicales que han solicitado personarse en el expediente para oponerse a la operación. El apoyo de algunas de ellas puede ser importante para ese futuro en el sector privado, tanto o más que una imagen de imparcialidad respecto al Ejecutivo.
Por tanto, la presidenta de la CNMC tiene un gran dilema encima de la mesa de cuya resolución dependerán las condiciones de la OPA y, en función de éstas, posiblemente el éxito o fracaso de la misma.