Querida inflación: ¡cuánto tiempo sin verte!
“La inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado” Margaret Thatcher
Es bien sabido que las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio. Y en un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces. Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos, y si todo no cambia, nada es. Hoy hablamos de cambios; hoy hablamos de inflación, de aquél ladrón sutil y eficiente que se pasa la vida bailando entre ser injusta y antidemocrática, pero por contra la deflación es inconveniente.
Así que como ocurre con cualquier otro impuesto, no se dejen engañar; la inflación perturba todo cálculo económico e influye poderosamente en nuestra conducta privada y en la orientación que convendrá dar a nuestros negocios. Para mí francamente la inflación es casi como hablar del pecado… cada gobierno la denuncia, pero cada gobierno la practica.
El comportamiento gregario es muy usual entre los diferentes inversores, tal vez por este motivo existen los ciclos y por ende, las tendencias. No es fácil predecir el fin de un ciclo, por lo que claramente el mayor desafío que podemos tener como inversores, no es ir “en contra de” sino “en favor de”, ya sea un ciclo o una tendencia. Al final, las tendencias alcistas en las bolsas se alimentan de la demanda de activos financieros, algo que nos deja la obviedad de que la complacencia monetaria es el principal catalizador de nuestras bolsas.
«Depender de un partido antisistema para pactar mayorías, no es más que dar la llave de la gobernabilidad al desastre y al caos»
En cuanto a un tercio político-social, no puedo negar ni esconder mi profunda tristeza al ver desde Madrid una vez más los disturbios del centro de mi ciudad, una Cataluña cada vez más cerca de Estambul que de Silicon Valley. Sabemos que el populismo tiene siempre graves consecuencias sobre el bienestar de las personas, y depender de un partido antisistema para pactar mayorías, no es más que dar la llave de la gobernabilidad al desastre y al caos. ¿Acaso tiene alguna lógica un nuevo orden policial para hacer más permisivas las gamberradas de los anticapitalistas?
Si aquellos que aman Cataluña no anteponen el bienestar de una generación a la independencia a cualquier tipo de coste, tal vez solo logren heredar el país del sí o sí; desolado y dividido, y es que radicalizarse en la vida planteándolo siempre desde el “Sí” y pagando un elevado precio, acaba siendo un auténtico desastre. Bien le iría a Cataluña una legislatura en minoría de la mano del PSC de Illa, más que hacer de la CUP el verdadero gobernante de Cataluña. Y que lo diga yo, que no soy precisamente fan de los socialistas, deja claro el lamentable estado político con el que obligan a cohabitar a mi querida Cataluña. ¡Una verdadera pena!
Entre barricadas y asaltos, queda la vacuna y la esperanza de que un nuevo brote de violencia en las calles de España, no se traduzca en la temida cuarta ola de Covid-19, algo que sí somos responsables, lo cual me cuesta considerar, tal vez logremos evitar. La autorización de emergencia durante el fin de semana de la vacuna de J&J, marca un hito en la inmunización de grupo, puesto que 21 millones de dosis en España permiten inmunizar a la mitad de la población total, al ser ésta una vacuna monodosis, espero que la EMA autorice con máxima brevedad dicha vacuna, y la farmacéutica americana cumpla sus compromisos de fabricación. Esto demostraría a los antisistema y al conjunto de la sociedad, que el capitalismo salva vidas gracias a las vacunas y que el populismo barato antisistema las arruina con vandalismo y pocas ganas de trabajar. ¡Unas joyitas!
Con todo ello, mis queridas bolsas se han tomado un respiro técnico justo en zona de importantes resistencias, empujadas por un nuevo demonio económico que merodea sobre el entorno económico global; ¡la inflación! Entre tanta complacencia monetaria, las reformas fiscales han sido al fin las que han logrado domar la deflación y amenazan con tensionar los mercados a medio plazo, algo que a los gobiernos no les viene del todo mal. Al fin y al cabo, todos sabemos que la inflación destruye deuda y ahorros, lo que es un mal ejemplo para la sociedad pero una solución para sindicatos y gobiernos, que a día de hoy, son los sujetos más endeudados e irresponsables de las economías globales.
Este entorno paradójicamente demuestra que la Fed y sus medidas no convencionales crearon inflación monetaria artificial en los mercados de activos, generando una burbuja que en vez de crear riqueza ha creado descontento social y populismos variopintos. El dinero público debe inyectarse en las economías, y si algo bueno ha traído el coronavirus, ha sido un cambio en el paradigma de las economías globales, que han cambiado esta vez ¡por fin! la dinámica de las políticas económicas y por ende, las tendencias y los ciclos.
El gran desafío de los inversores radica en comprender que el riesgo de estar invertido en bonos soberanos a largo plazo es realmente notable, y que buscar duraciones cortas no es tampoco una buena solución. Mr. Market reclama más ciclo y commodities, y como hemos visto esta semana, incluso más bancos que tecnología ¿sorprendidos? Nuestro posicionamiento operativo en Blackbird Bank en cuanto a las carteras al fin están teniendo una clara ventaja ante la burbuja, por nuestro posicionamiento en el sectorial Oil&Gas, que es ahora mismo el gran acicate. Y es que al fin el mercado ve con mejores ojos a BMW y Daimler, que a Tesla.
En este entorno de elevada volatilidad, la complejidad será norma en un mercado alimentado de ego y soberbia de operadores inexpertos, pero ¿y ahora qué? Probablemente China pasará a ser el gran dominador del mundo, precisamente por la gestión de la pandemia y de su propio endeudamiento. Los déficits públicos de Europa y USA deberán financiarse con impuestos, y su principal acreedor China. Esto da una ventaja esencial a las economías emergentes y a los bonos corporativos respecto de la deuda pública.
Aquí nos quedamos claramente con la deuda asiática, si lo que pretendemos es rotar las carteras de la volatilidad a la inflación, algo que marcará nuestra economía en los próximos años. Como decía mi querida Margaret Thatcher; la inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado… Y este, y no otro, es el panorama que nos espera señores/as. Un mundo en el que el derroche y la vagancia son premiados y la responsabilidad del que trabaja, ahorra y emprende es castigado. ¡Viva el establishment!
Gisela Turazzini, Founder CEO, Blackbird Bank