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PSOE y PNV vuelven a la carga con el intento de fusión BBVA-Bankia

José Ignacio Goirigolzarri sería la figura elegida para dirigir este futuro grupo bancario que el PNV arrimaría a sus intereses

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(Vídeo: OKDIARIO)
  • Mario Moratalla y Calixto Rivero

PSOE y PNV vuelven a la carga con el intento de fusión de Bankia y BBVA. El PNV ha diseñado una operación para recuperar el control del BBVA que perdió cuando Francisco González le arrebató el mando del banco hace más de 20 años. El objetivo de los nacionalistas vascos, según fuentes consultadas por OKDIARIO, es controlar la entidad resultante entre Bankia (60% capital del Estado) y BBVA, y llevar el centro de decisión a Bilbao.

Al PNV no le echa para atrás que el capital vasco en BBVA sea mínimo ni que ya haya un presidente recién nombrado: sabe que la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias les obliga a hacer entregas por trozos de cuotas de poder a los nacionalistas de Aitor Esteban para seguir en el Gobierno.

José Ignacio Goirigolzarri ya fue consejero delegado de BBVA y se marchó tras no conseguir suceder a Francisco González en la presidencia

El objetivo es cambiar totalmente el destino de BBVA, que estuvo con FG en la órbita del PP, y que pase a su control a través de un directivo como el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que ya fue consejero delegado de BBVA y que se marchó a cambio de 68,7 millones de euros de pensión. En su momento, ‘Goiri’ quería sustituir a Francisco González en la presidencia, pero el propio González modificó los estatutos del banco para poder seguir durante más tiempo, lo que acabó desesperando a su segundo que forzó su salida.

Goirigolzarri es bilbaíno, ha trabajado con Gobiernos del PP y del PSOE, tiene buena relación con el PNV aunque no es nacionalista e inició su carrera en el antiguo Banco Bilbao, donde trabajó con todas las familias vascas que querrían recuperar el control de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, convertido ahora en un gigante que el PNV cree que puede ser una opción que favorezca a sus intereses.

BBVA ya paga el impuesto de sociedades en la Hacienda Foral de Vizcaya, por lo que los beneficios del segundo banco español no repercuten en la Agencia Tributaria española

BBVA ya tiene su sede fiscal en Bilbao pese a proceder de capital del Estado en parte cuando se fusionó con Argentaria. Ahora los nacionalistas vascos quieren llevarse para su ciudad a un pez gordo que ya paga el impuesto de sociedades en la Hacienda Foral de Vizcaya, el año pasado una tajada muy importante de los 3.500 millones de beneficio.

Es una incógnita lo que paga BBVA a Vizcaya, pero hablamos de cantidades millonarias. La parte del beneficio en el resto de España, sin duda, queda sin repartir al ser la Hacienda foral autónoma. Vizcaya recaudó 914 millones de euros sólo en impuesto de sociedades en 2018, siendo sus empresas con más beneficios BBVA e Iberdrola.

Pero el PNV quiere más, quiere salir beneficiado sacando de Madrid parte del BBVA, una multinacional presente en más de 30 países.

Los fondos

Se da la circunstancia de que BBVA tiene una mínima parte de capital ‘político’, porque la mayoría de su consejo representa a fondos internacionales que no suelen ser favorables a cambalaches políticos que afecten a una empresa privada y a sus accionistas. Tienen claro que cuando los políticos meten la mano, es muy difícil sacarlos y los ejemplos de las cajas de ahorros, las más directas responsables del rescate de España en 2012 (Bankia, Novagalicia, CAM, Caixa Catalunya) están demasiado recientes.

La ruina

La salida del Estado del capital de Bankia sería una ruina para el propio Estado, que posee el 60% del capital a precios desorbitados. La salida a Bolsa de la entidad, previa a su intervención, valoró cada acción en 3,75 euros. Con los precios actuales rondando el euro por acción el Estado perdería hasta el 75% de lo que le quedara por recuperar de Bankia. Hasta ahora España aportó 23.000 millones del fondo de rescate europeo y aunque se ha ido recuperando, una venta a los precios actuales haría que la recuperación del capital público rondara lo ridículo.

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