La prima de riesgo se acerca a los máximos del coronavirus en plena subida de tipos de la Fed
La prima de riesgo española roza los 110 puntos básicos y alcanza niveles no vistos desde mayo de 2020. Aunque todavía lejos, el sobrecoste que España debe pagar por colocar su deuda respecto a Alemania se acerca a los máximos registrados durante la peor parte de la pandemia de coronavirus, cuando el 19 de marzo, tan sólo cuatro días después de que el Gobierno impusiese el estado de alarma para intentar frenar los contagios, alcanzó los 166 puntos básicos.
La prima de riesgo española se mantuvo por encima de los 100 puntos básicos hasta ese mayo y terminó cerrando el año 2020 algo por encima de los 60, nivel en torno al que se mantuvo durante prácticamente todo 2021.
Sin embargo, en este 2022 el diferencial sube casi 40 puntos al sufrir las tensiones derivadas del impacto negativo que suponen la combinación de la guerra de Ucrania, las subidas de tipos por parte de los bancos centrales y el fin del programa de compra de deuda por la pandemia del BCE, del España se ha beneficiado enormemente. No en vano, la institución es el principal comprador de deuda española. Según los datos del Tesoro Público el organismo que preside Christine Lagarde atesora a 1 de febrero 388.945 millones de euros en productos de deuda nacional, el 33,8% del total.
Pero el BCE ha decido poner punto y final a esas adquisiciones. Una vez concluido el programa especial de compras contra la pandemia (el conocido como PEPP), la entidad monetaria ha acelerado la reducción de las compras al amparo su programa tradicional (APP, por sus siglas en inglés). Tras reducirlas a 40.000 millones en abril, decidió recortar las adquisiciones a 30.000 en mayo y a 20.000 millones en junio. Hasta ahora, el mensaje oficial de la institución es que le pondrá punto y final durante el tercer trimestre. El vicepresidente, Luis de Guindos, acotó aún más la fecha en una reciente entrevista en Bloomberg, al señalar que «no hay ninguna ninguna razón por la que no debamos interrumpir nuestro programa APP en julio».
A pesar de que el organismo emisor ha descartado el riesgo de recesión, el final de sus compras de deuda coincide con un empeoramiento de la situación económica. Según el propio Gobierno de Pedro Sánchez -que la semana pasada empeoró sus previsiones, España crecerá un 4,3% en 2022, 2,7 puntos porcentuales menos que en sus anteriores estimaciones (7%).
Precios, rentabilidades y advertencias
La retirada del BCE del mercado provoca que los precios de los bonos caigan -ante una menor demanda- y que, por tanto, aumenten las rentabilidades exigidas por los inversores. El rendimiento de la deuda alemana a 10 años ha alcanzado máximos de 2014 al tocar el 1%; mientras que la española se mantiene por encima del 2%, una cota que no alcanzaba desde septiembre de 2015.
Una situación similar atraviesa el resto de países periféricos de la eurozona. El rendimiento de la deuda de Portugal se ha elevado al 2,1%; el de Italia, al 2,95% y el de Grecia al 3,41%; mientras que sus primas de riesgos rozan los 114, los 200 y los 245 puntos básicos.
«Aquellos países con alta deuda y alto déficit fiscal tendrán que poner en marcha programas de política fiscal prudentes para garantizar la sosteniblidad, porque este es un elemento más detrás de la evolución de la fragmentación en el futuro y podría ser muy importante para contener y limitar esta potencial situación de fragmentación», advertía De Guindo hace justo una semana ante la comisión de Economía de la Eurocámara.
Con este panorama, España vuelve a los mercados para intentar captar entre 4.250 millones de euros y 5.750 millones con la subasta de cuatro referencias de bonos y obligaciones del Estado, incluyendo una indexada a la inflación. En la subasta del pasado miércoles, el Tesoro colocó 3.828 millones de euros en letras a doce meses y lo ha hecho en positivo por primera vez desde abril de 2020. Exactamente, el interés marginal alcanzó el 0,103%, frente al -0,277% aplicado en la puja del mes pasado.