La deuda española se viene abajo tras la rebaja de las previsiones por parte del Gobierno

Deuda españa
Deuda pública.
Laura Piedehierro
  • Laura Piedehierro
  • Periodista. Cuando no escribo del Ibex 35 me gusta mirar cuadros. Antes en Estrategias de inversión y ahora aquí.

Las perspectivas de menor crecimiento económico durante 2022 -como ha dejado claro el Gobierno al reducir sus previsiones- provoca que España tenga que pagar más por colocar su deuda. Mientras que el precio de los bonos nacionales cae, el interés exigido por los inversores alcanza máximos de 2015, también en un momento en el que los bancos centrales endurecen sus políticas monetarias para luchar contra la inflación. Se espera que el BCE -su principal tenedor- ponga punto y final a las compras antes de subir tipos en julio.

Las peores perspectivas de Sánchez y los suyos se dejan notar en la subasta del Tesoro que ha tenido lugar este miércoles. El organismo dependiente del Ministerio de Economía ha colocado 3.828 millones de euros en letras a doce meses y lo ha hecho en positivo por primera vez desde abril de 2020. Exactamente, el interés marginal ha alcanzado el 0,103%, frente al -0,277% aplicado en la puja del mes pasado.

En paralelo, en el mercado secundario, el interés exigido al bono español a 10 años continúa por encima del 2% después de que superase dicho nivel en jornada del lunes. La rentabilidad del bono nacional de referencia cerró 2021 en el 0,595%, tras haber llegado a marcar en diciembre de 2020 niveles negativos. En julio de 2012, alcanzó el 7,739%.

Con el rendimiento del bono alemán -considerado el más seguro de la eurozona- al mismo plazo en el 0,94%, la prima de riesgo de España -el sobrecoste que el país tiene que pagar para financiarse respecto a Alemania- se sitúa en 105,35 puntos básicos. A pesar de que en marzo llegó a rozar dicho nivel, el indicador no cierra por encima de la mencionada cota desde junio de 2020, coincidiendo con algunos de los momentos más críticos de la pandemia.

Peores perspectivas económicas

De esta forma, escalada de la rentabilidad de los bonos -y la caída de los precios, por la relación inversa que existe entre ambos parámetros- se acelera en las últimas jornadas, después de que el pasado viernes el Gobierno de Pedro Sánchez sepultase sus previsiones de crecimiento para 2022.

Ahora, el Ejecutivo espera que España crezca un 4,3% a lo largo de este ejercicio, 2,7 puntos porcentuales menos que en sus anteriores estimaciones (7%), en un contexto de elevada incertidumbre por el impacto de la guerra en Ucrania y la escalada de precios.

Las peores perspectivas están alineadas con las estimaciones realizadas por el conjunto de organismos nacionales e internacionales, que en las últimas semanas han rebajado sus proyecciones de crecimiento para España este año al entorno de entre el 4,3% (AIReF) y el 4,8% (FMI).

Bancos centrales

La deuda española se ve perjudicada por las perspectivas de menor crecimiento económico en pleno endurecimiento de las políticas de los bancos centrales. El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos se reúne con vistas a volver a subir los tipos de interés y se espera que lo haga en 50 puntos básicos, tras incrementar el precio del dinero en un cuarto de punto en su cita de marzo.

El jueves será el turno del Banco de Inglaterra y el mercado descuenta que la institución británica suba sus tipos por cuarta ocasión consecutiva y que sitúe el interés de referencia para sus operaciones en el 1%. Y, a pesar de que el BCE todavía no ha movido ficha en este sentido, la institución presidida por Christine Lagarde ha dejado la puerta abierta a que la primera subida de tipos tenga lugar en julio una vez finalicen sus compras.

Tras finalizar el programa especial de compras contra la pandemia (el conocido como PEPP), la entidad monetaria ha acelerado la reducción de las compra al amparo su programa tradicional (APP, por sus siglas en inglés). Tras reducirlas a 40.000 millones en abril, la entidad monetaria decidió recortar sus compras a 30.000 en mayo y 20.000 millones en junio. Dejará, por tanto de comprar deuda española tras cerrar enero con 386.948 millones de euros en bonos y letras nacionales, el 33,6% del total en circulación.

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