El precio de la vivienda frena la natalidad: el 73% de los jóvenes españoles no vive con su pareja
Frente al 27% de España, en la Unión Europea (UE) el promedio de menores de 30 que convive en pareja es del 42%

Los jóvenes de España son, entre todos los países de la Unión Europea, los menos propensos a vivir en pareja, algo que está condicionando de manera directa el futuro de la natalidad en nuestro país. La brecha es especialmente notable -y preocupante- en el segmento de 25 a 29 años: el porcentaje de jóvenes que no convive con su pareja es del 73%. Solo viven juntos el 27%, un porcentaje muy inferior al promedio europeo, que ronda el 42%. Asimismo, entre los 30 y 35 años, el 64% de los europeos vive en pareja frente al 58% en España.
Según datos del European Social Survey (ESS, 2024), que Funcas analiza en el último Focus on Spanish Society, casi la mitad (47%) de los menores de 45 años que reconoce haber tenido menos hijos de los deseados lo atribuye al precio de la vivienda, frente al 26% de mayores de esa edad. Por tanto, el desproporcionado precio de la vivienda es, en la actualidad, uno de los grandes obstáculos en la transición a la vida adulta.
Ya a mediados de 2025, un estudio de Funcas alertaba de la situación, destacando que entre el 85 y el 90% de los españoles afirmaba estar «muy o bastante» preocupado por el precio de la vivienda en España. En concreto, hace tan solo ocho meses el 69% de los menores de 45 años sin hijos consideraba que el precio de los hogares explicaba su infecundidad. Entre los mayores de esa edad, lo veía así el 36%.
«Está emergiendo en las economías avanzadas un patrón llamativo que puede aportar nuevas claves para entender el continuo descenso de la natalidad. El problema no solo reside en por qué las familias tienen menos hijos de los que desearían, sino también en la creciente dificultad para formar y mantener parejas estables, especialmente en las generaciones más jóvenes», explica María Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas.
En su opinión, «la emancipación tardía, una transición prolongada a la adultez, la incertidumbre en el mercado laboral, una creciente presión en el mercado inmobiliario y el aumento del peso de los hogares unipersonales sugiere que España es especialmente vulnerable a estos desafíos. El hecho de que se sitúe por debajo de la media europea en convivencia de parejas es clave para entender la transformación demográfica del país», expone Miyar.
Precio de vivienda e índice de natalidad
Existen estudios previos al de Funcas que respaldan con cifras la relación directa entre el aumento del precio de la vivienda y el descenso del índice de natalidad. En el estudio Build, Baby, Build: How Housing Shapes Fertility (2025), Benjamin K. Couillard, economista de la Universidad de Toronto, aseguró que, según sus cálculos, si los precios de la vivienda se hubieran mantenido como en 1990, en Estados Unidos habrían nacido unos 13 millones de niños más (un 11% adicional). El autor concluye así que gran parte del descenso de la natalidad reciente podría explicarse por el encarecimiento del espacio habitable.
En este sentido, Bryan Caplan, economista de la Universidad George Mason, también apuntó en el análisis que en los condados rurales estadounidenses, donde la vivienda es más barata, tienen tasas de fertilidad mucho más altas que los grandes condados metropolitanos, donde la regulación ha encarecido la vivienda.
Además, señala, la brecha prácticamente se ha duplicado en la última década y apunta que podría deberse al espacio: un ajuste relacionado con el aumento del coste de la vivienda es reducir el tamaño de las casas. Por tanto, establece que «menos espacio, menos bebés». Además, Caplan señala que si pospones la compra de una casa porque estás ahorrando durante diez años para la entrada, has superado los años más fértiles y has reducido el plazo para tener hijos.