Portugal inicia el servicio con los 51 trenes comprados a Renfe «a precio de chatarra»
Comboios de Portugal, la empresa ferroviaria pública del país luso, ha iniciado el servicio con los 51 trenes que le compró a la española Renfe en junio de 2020 por apenas 1,6 millones de euros, ‘precio de chatarra’ según han denunciado desde el PP. El acto de puesta en marcha de los trenes fue presidido por el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, el pasado 23 de julio. Los ingresos recibidos por Renfe por ese material, 1,6 millones según se ha publicado en varios medios, ha sido ocultado al público por el Gobierno de Pedro Sánchez, que rechazó facilitar los datos tras una pregunta que realizó el senador del PP Antonio Silván.
Silván solicitó por escrito en octubre de 2020 el expediente sobre la venta de material ferroviario de Renfe a la empresa pública portuguesa, y los datos sobre la valoración económica para la enajenación de los coches de viajeros convencionales. Sin embargo, la respuesta del Gobierno -en febrero de 2021- fue negarle ese expediente al tratarse de un «contrato de venta suscrito por una sociedad mercantil que no está sometido a la ley y que, como es habitual, contiene una cláusula de confidencialidad por afectar a los intereses comerciales de las partes».
Según el PP, el precio al que se han vendido a Portugal 36 coches serie 2000 Arco, dos coches de clase preferente con compartimentos, tres coches de clase preferente con pasillo central, cuatro coches de 2ª clase y seis coches litera ha sido ridículo, de unos 31.400 euros por coche.
Ahorro para Portugal
Según los datos que maneja el PP, la empresa pública portuguesa ha invertido 120.000 euros de media en la reforma de los coches que ha comprado a Renfe, por lo que el coste final para Portugal es de 151.400 euros por cada uno de los 51 coches. El ahorro, estima, es de 850.000 euros por coche, más el tiempo ganado al evitar el proceso de licitación y la espera a que el fabricante entregue el pedido.
En total, el ahorro para las arcas portuguesas es de 4,3 millones de euros, mientras que los intereses españoles han salido perjudicados al venderse ese material público a un precio tan bajo. Denuncia la oposición además que Renfe no ha permitido que operadores privados españoles pudieran comprar esos vagones y utilizarlos en España, y recuerda que la CNMC ya ha advertido del oscurantismo y los problemas de Renfe con la venta de material ferroviario.