Emprendimiento

Poco ambiciosa, superficial e insuficiente: así es la Ley de Startups que llega al Consejo de Ministros

Calviño Economía
Nadia Calviño

Nadia Calviño ha anunciado que el Consejo de Ministros aprobará este viernes la Ley de Startups con el objetivo de atraer talento e inversión y dar apoyo a las empresas. Una legislación que no convence ni a emprendedores, ni asociaciones, ni a instituciones. Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Economía de la Comunidad de Madrid pide al Ejecutivo un aumento de incentivos fiscales centrados en deducciones de I+D e Innovación Tecnológica, así como la tributación de stock options.

La norma recoge una reducción para las startups el tipo impositivo en el Impuesto de Sociedades y el impuesto sobre la renta de no residentes, del tipo general del 25% al 15% en el primer periodo. Una propuesta que se queda en papel mojado dado que muchas startups empiezan con pérdidas y por tanto no están gravadas con ese impuesto. Además solo se aplicará durante los cinco primeros años tras su constitución como startup.

Para fomentar el impulso a la inversión en el ecosistema emprendedor de España, se eleva de 60.000 a 100.000 euros anuales la base máxima de deducción por inversión en empresas de nueva o reciente creación. También se mejora la tributación de los derechos u opciones sobre acciones o participaciones sociales para empleados, las conocidas como stock options, al elevar de los 12.000 a los 45.000 euros el mínimo exento anual para las empresas que sean certificadas como emergentes.

En la actualidad ya existen incentivos fiscales por inversión en I+D+I, pero estos son de difícil acceso para las startups, al no generar beneficios y no disponer de cuota íntegra sobre la que aplicar las deducciones. Por esta razón, Fernández-Lasquetty propone ampliar el uso del crédito fiscal, permitiendo su aplicación al pago de otros impuestos, seguros sociales o impuestos de ejercicios anteriores, en consonancia con las prácticas implantadas en países como Irlanda, Reino Unido, Italia o Francia.

Aunque el Anteproyecto contempla la tributación de incentivos con stock options, la tributación de la ganancia generada por este tipo de retribución se sigue calificando como rendimiento del trabajo, al tipo marginal del IRPF del empleado. Ante esta situación, el Consejero de Economía de la Comunidad de Madrid propone rebajar la fiscalidad de este tipo de retribución, así como revisar el momento de devengo del impuesto y trasladarlo al momento en el que se produzca liquidez.

Agustín Baeza, director de asuntos públicos de la Asociación Española de Startups (AES), ha señalado que aún queda margen para la mejora, al tiempo que echa en falta ‘más ambición’. También “se echan en falta medidas importantes, en materia de seguridad social, en materia fiscal y en una comprensión más certera de cómo funciona una startup y sus necesidades para eliminar barreras o no poner otras nuevas”.

«Es un avance, ya que hasta ahora ni había ninguna ley específica para los emprendedores. Sin embargo no habla en profundidad sobre financiación y se queda muy lejos de lo que hay que hacer» señala Stéphan Maisons, senior partner de Fellow Funders. Para Maisons habría que fijarse en modelos de otros países, como es el caso de Inglaterra donde el sistema de desgravación en caso de invertir en startups es mucho más ambicioso que el que propone el Gobierno de Pedro Sánchez.

Desde el Club del Emprendimiento señalan, que si bien es cierto que la creación un marco económico y fiscal es siempre positiva, la normativa se queda un poco coja. «El Gobierno debería haber entrado un poco más, tendría que haber ido un poco más lejos, ya que en la realidad las medidas se han quedado en un plano un poco superficial. Todo lo que se refiere a los incentivos fiscales se ha quedado corto y el número de beneficiarios de este nuevo marco jurídico no van a ser tantas como deberían. Asimismo, la eliminación de trabas burocráticas no es tan ambiciosa como la que se podía haber alcanzado. Bienvenida sea esta ley de startups, pero lo cierto es que se queda muy corta en las medidas que implementa» señala Efrén Miranda, presidente del Club del Emprendimiento.

Las startups, decepcionadas

Para Iñigo Juantegui, CEO y cofundador de la  empresa digital de transporte de mercancías por carretera Ontruck, esta ley es insuficiente. Para  Juantegui, el objetivo debería ser incentivar la creación de empresas innovadoras y atraer tanto talento como capital. Sin embargo, el hecho de que se restrinja su aplicación a empresas con una serie de condiciones que nada tienen que ver con muchas startups hace que no vaya a ser aplicable de forma general. Además, para el fundador de Ontruck, esta Ley desincentiva un aspecto clave para un ecosistema emprendedor sano: volver a intentarlo.

Miguel Camiña, el CEO de Micappital, recalca la necesidad de estay Ley para las startups. Sin embargo, el fundador de la fintech de asesoramiento financiero cree que estas medidas no se adaptan al ecosistema de los emprendedores. Camiña señala que la reducción del tipo impositivo es una buena medida, pero la gran mayoría de startups no tienen beneficios en los primeros años, por lo que no les aplica.

Juan Filiberto Martínez, socio de Athos Capital, siente que la Ley de Startups no ha cumplido con las expectativas, tras más de tres años de espera. Para el socio del fondo de venture capital, el regulador parece ir detrás de la realidad: el sector tecnológico y digital español es cada vez más relevante, la inversión en este tipo de compañías en lo que va de 2021 supera los 2.000 millones de euros.

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