La política social del Gobierno se estrella contra los datos

La pobreza severa aumenta sin cesar desde que Sánchez es presidente y afecta al 10% de la población

La pobreza severa aumenta desde que Sánchez es presidente y afecta al 10% de la población

La incidencia de la pobreza severa no ha cesado de aumentar en España desde 2018, según el informe anual para España de la Red Europea de la Lucha contra la Pobreza (EAPN, por sus siglas en inglés). El líder entonces del PP, Mariano Rajoy, dejó de ser presidente del Gobierno en mayo de 2018 tras el triunfo de la moción de censura encabezada por Pedro Sánchez, que finalmente consiguió los votos necesarios para auparlo a la Moncloa. La conclusión parece evidente: el aumento de la pobreza severa que denuncia la Red, y que ya es superior a los registros de antes de la crisis económica de 2008 -entonces con el también socialista Zapatero en el poder- se viene sucediendo ininterrumpidamente desde que Sánchez es el presidente del Gobierno.

Y esto es así a pesar de que la crisis del Covid, la pandemia subsiguiente y los confinamientos no llegaron hasta 2020. Cabe precisar que uno de los principales argumentos de Sánchez es que sus políticas «han roto completamente con las de su predecesor Rajoy», que persiguen «no dejar a nadie atrás», en comparación con «el austericidio practicado entonces», y que están centradas en las clases más desfavorecidas. Los datos de la organización citada, dedicada a estudiar la evolución de los índices de pobreza y de desigualdad, y que es una activista en favor de las llamadas políticas sociales, echan por tierra que la estrategia de Sánchez haya tenido algún efecto reparador. Más bien, según sus cálculos, ha sucedido justamente lo opuesto.

Se entiende que una persona vive en pobreza severa cuando sus ingresos son inferiores al 40% de la renta mediana del país. En España eso significa que ingresa menos de 535 euros al mes (6.417 euros al año). En un hogar de una pareja sin hijos, esos ingresos pueden llegar hasta los 1.070 euros al mes si trabajan los dos. Pero en otro hogar en el que solo un adulto tenga ingresos y mantenga, digamos, a dos o tres hijos, los cuatro (o cinco) miembros de la familia deberán repartirse menos de 535 euros al mes para ir tirando. Pues bien, según los cálculos de EAPN, más del 10% de la población española, 4,8 millones de personas, vive hoy en España en pobreza severa.

Según el informe de la Red, la pobreza severa empezó a aumentar antes de la pandemia, antes de la catástrofe del volcán de la Palma y por supuesto antes de la invasión de Ucrania por Rusia y la guerra posterior, que está a punto de cumplir un año, a pesar de que el Gobierno progresista y de coalición de izquierdas «trabaja intensamente» para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, que tienen en la erradicación de la pobreza uno de sus principales focos de atención.

Según el informe de EAPN, el 13,1% de las personas que padece pobreza severa no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado o su equivalente en proteínas vegetales cada dos días. Tal carencia de ingesta de proteínas implica que, además de sufrir pobreza severa, esas personas adolecen de privación material y social de grave importancia. ¿Y qué ha hecho el Gobierno progresista y de coalición de izquierdas? Pues excluir la carne, el pescado, el pollo y las conservas de la exención del IVA para productos de primera necesidad. Ante el dilema de ayudar a las personas más necesitadas o cumplir con la agenda vegana, parece haber ganado el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y sus fobias contra las proteínas animales

Asímismo, dice EAPN, «el 13% de las personas que vive en hogares con menores está en pobreza severa y solo el 7,3% de las que vive en hogares sin menores. Además, también lo están el 26,2% de las personas que vive en hogares monoparentales y el 27,2% de las que vive en hogares de familias numerosas». El dato impresiona: más de la cuarta parte de las personas que reside en hogares de familia numerosa (el 27,2%) está en pobreza severa. Ese porcentaje es mayor, incluso, que las que habita hogares monoparentales (el 26,2%). Y, de forma general, el porcentaje de incidencia de la pobreza severa en hogares con niños casi duplica (13% sobre 7,3%) al de familias sin niños.

Lógicamente, un gobierno progresista y de coalición de izquierdas estaría volcándose en ayudar a las familias numerosas, a las familias monoparentales y, en general, a las familias con hijos menores a cargo. Pero la realidad se encarga de desmentir estos eventuales propósitos.  Por ejemplo, el minicheque electoral de 200 euros (a recibir en las vísperas de las elecciones de mayo) no prevé ninguna mejora para las familias con niños. En realidad, parece pensado para ganar el afecto de jóvenes sin cargas, todos ellos potenciales votantes.

 

 

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