El precio del café sube tanto que hasta los fabricantes tienen problemas para comprarlo
La subida de precios de la materia prima está obligando a los minoristas a subir los precios o reducir la cantidad en sus productos

Los fabricantes del café, el codiciado oro negro de la mesa de desayuno que se cultiva en las regiones subtropicales desde Brasil a África Occidental, tampoco pueden pagar los precios elevados de este producto. El rally desenfrenado de esta materia prima en Nueva York y Londres, los epicentros de esta compraventa, ha empujado los precios a niveles tan altos, que hasta los propios minoristas del café no pueden comprarlo. Los fabricantes ahora han optado a aplazar sus pedidos para hacer frente al mercado turbulento y poco previsible.
El café, tras dar un traspiés mínimo en el mercado de futuros en los últimos meses, se está encareciendo de nuevo. La demanda de este favorito en la cesta de la compra ha provocado un rally vertiginoso, que lo ha catapultado un 153% por encima de su máximos históricos, allá por 1997. No terminan ahí los aprietos a la cadena de suministro: las malas cosechas en estas regiones tropicales, lastradas por el cambio climático y los patrones actuales del tiempo, han creado una escasez de oferta global.
Los fabricantes, buscando protegerse del golpe en precios en el mercado de futuros se han retirado de sus apuestas en las últimas semanas, pues los precios siguen escalando. Michaela Huber, estratega sénior de activos cruzados para Vontobel, ha explicado el estado de ánimo. «El aumento general de los costes de producción, incluidos los gastos de transporte y mano de obra, ejerció una mayor presión al alza», ha explicado. «Los acontecimientos geopolíticos, como las amenazas de Donald Trump de imponer sanciones a Colombia (que representa el 8% de la producción mundial de café) también han sido un factor relevante».
Así, el precio está dañando los márgenes de los jugadores del sector, entre ellos grandes cadenas como Starbucks y la Tim Hortons. La cadena de café de la sirena neoyorquina, Starbucks, alertó en enero que los precios de su oferta en los supermercados se está viendo perjudicada de una «manera más significativa». Las cafeterías de Tim Hortons, otro jugador enorme al otro lado del Atlántico, han indicado que sus precios están vinculados «a la escasez o interrupción de la disponibilidad o el suministro de granos de café de alta calidad».
Y esto, ¿que significa para los consumidores? Los cuellos de botella en la cadena de suministro se están trasladando a las estanterías de supermercados esparcidos por todo el continente. Esto puede trasladarse a subidas de precios, a la falta de oferta o, incluso, al cambio en el tamaño o calidad del café. El café instantáneo, por ejemplo, requiere los granos robusta, la variedad más barata y amarga.
Los fabricantes han respondido hasta ahora con algunas de estas medidas. Por su parte, la compañía suiza Nestlé ha reducido el tamaño de sus sobres en algunos mercados para hacer frente a esta inflación de precios, el llamado efecto del shrinkflation (reduflación, en castellano). Por otro lado, firmas como Folgers, conocida en Estados Unidos por su oferta de café instantáneo, han subido sus precios. Otra estrategia que están implementando los fabricantes es desplazar su cadena de suministro a otros puntos. Nestlé España anunció a inicios del mes que invertirá 15 millones de euros en una fábrica de café en Gerona.