Las opciones para Talgo: la entrada de la SEPI con un 30% o su venta a precio de derribo a CAF

La imputación de José Antonio Jainaga, el dueño de Sidenor, en la Audiencia Nacional por vender acero para armas a Israel da la puntilla definitiva al plan del «consorcio vasco» que pretendía rescatar Talgo, algo que el PNV ya daba por muerto, como adelantó OKDIARIO. Ahora aparecen dos posibles soluciones en el horizonte: la compra del 30% por la SEPI o la venta de Talgo a CAF a precio de derribo, según fuentes cercanas a la compañía.
La SEPI ya había entrado en la operación que ahora se viene abajo con un compromiso de inyectar 75 millones en Talgo: 45 para hacerse con el 7,8% del capital y 30 en convertibles. La idea ahora sería que el holding estatal elimine las convertibles y ponga más dinero, si es necesario, para alcanzar el 30% del capital que lleva años deseando vender el fondo Trilantic.
Esta opción es la favorita de Moncloa, deseosa de nacionalizar todas las grandes empresas que pueda a través de la SEPI, siguiendo los pasos de Indra o Telefónica. De esta forma, el Gobierno de Pedro Sánchez podrá controlar otra empresa de las que considera «estratégicas», argumento con el que vetó las OPAs planteadas por la húngara Ganz-Mavag y la polaca Pesa.
Ahora bien, este plan se enfrenta a dos grandes obstáculos. El primero, que ya estaba presente con el plan de Sidenor, es que requiere que Bruselas no considere ayuda de Estado este rescate de una empresa en pérdidas que compite con otras privadas.
El segundo y principal es la oposición del PNV, socio del Gobierno como es sabido, cuya importancia crece tras el anuncio de Junts de retirar su apoyo a Sánchez. En Ajuria Enera no quieren bajo ningún concepto que el «Estado español» controle una de «sus» empresas vascas.
Fusión con CAF
Por ello, los nacionalistas vascos han retomado su vieja idea de una fusión con la también vasca CAF, que se ha negado a la operación en todas las ocasiones anteriores en que el PNV se la ha propuesto, como ha venido informando este diario. El principal accionista de CAF es la sindicatura de sus trabajadores, más próximos a Bildu que al PNV.
Sin embargo, en esta ocasión la compañía no se niega en redondo a absorber Talgo. Según una de las fuentes, «no hay cambio de opinión, hay oportunismo. Van a pagar la mitad de lo que pedían: 300 millones frente a los casi 600 de hace 18 meses». Esto se debe al desplome de la acción de Talgo en Bolsa a consecuencia del grave deterioro de su situación financiera: publicó unas pérdidas de 64 millones en el primer semestre con una caída del 22% de sus ingresos.
De esta forma, el valor cerró este lunes en 2,595 euros por acción, frente a los 4,5 en que se movía en marzo del año pasado. El plan de rescate anterior contemplaba que tanto el consorcio de Sidenor y el Gobierno vasco como la SEPI pagarían 4,25 euros por acción, lo que implicaba asumir una pérdida cercana al 40% por todos los participantes.
Los accionistas, grandes perdedores
La fusión de CAF y Talgo es un viejo sueño del PNV para crear un «campeón nacional» vasco del sector ferroviario capaz de competir con gigantes como Alstom o Siemens a nivel mundial. De hecho, también planteó esta fusión con posterioridad a la entrada de Sidenor y el Estado. Una vez que se ha caído este plan y, si no sale adelante la opción de la SEPI, la operación resulta mucho más sencilla con CAF como único inversor en Talgo.
Los perdedores de esta solución serían los actuales accionistas de esta última, empezando por el citado Trilantic y las familias Oriol y Abelló. Estos inversores se quedaron sin la OPA húngara o la polaca, que ofrecían 5 euros por acción en efectivo, y ahora tendrían que conformarse con la cotización actual en Bolsa y, además, con un pago en acciones de CAF.