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Las ofertas españolas de Cox y Miguel Zorita parten como favoritas para adjudicarse Abengoa

La selección del nuevo propietario de la empresa sevillana se espera para finales de semana o principios de la próxima

Urbas sorprende a la administración concursal de Abengoa por la «falta de rigor y seriedad» de su oferta

Abengoa
Planta fotovoltáica de Abengoa.

El proceso de análisis y selección de las últimas ofertas por Abengoa que el Juzgado Número 3 de Sevilla y el interventor judicial, EY, llevan a cabo desde hace una semana empieza a dejar claros algunos favoritos. Las ofertas lideradas por españoles parece que toman ventaja en el proceso según fuentes próximas al mismo: El grupo Cox, presidido por Enrique Riquelme y la propuesta de Miguel Zorita, apoyado financieramente por el fondo Terramar parecen dejar atrás al resto de interesados por la multinacional sevillana. La decisión del juez se espera para finales de semana o principios de la próxima.

Como anticipó OKDiario, Cox se ha asegurado el apoyo de la banca acreedora a su plan reflotar Abengoa. Un elemento clave, ya que, a decir de los participantes en el proceso de adjudicación de la empresa, será la banca acreedora la que incline la balanza en favor de uno u otro oferente.

«El juez será quien tome oficialmente la decisión, apoyado en EY, pero será la banca quien libere los avales que la empresa necesita para salir adelante y, por tanto, será la que decida»; aseguran fuentes del proceso.

El plan del Grupo Cox pasa por asumir todas las líneas de avales suscritas por la empresa andaluza con la banca: 206 millones de euros entre deuda y avales vivos de proyectos; más y una deuda corriente de 252 millones de Abengoa, así como otros 252 millones de euros de deuda Project Finance que la ingeniería sevillana tiene asociada a otros activos. Estos créditos privilegiados son los que Abengoa suscribió con entidades como las españolas CaixaBank y Banco Santander, la china HSBC y la francesa Crédit Agricole.

El grupo de Enrique Riquelme asumirá también los 22,8 millones que Abengoa debe a la Seguridad Social y ha garantizado el pago del 100% de los créditos privilegiados a los acreedores; además de mantener los puestos de trabajo; aportar contratos millonarios a la empresa y haber adelantado, en forma de crédito, 2,5 millones de euros para que Abengoa pudiera pagar las nóminas de febrero y afrontar pagos atrasados en meses anteriores.

En total, el pasivo de la compañía andaluza especializada en los sectores de infraestructuras, energía y agua supera los 6.000 millones de euros.

La segunda opción destacada es la del conocido financiero y experto en reflotamiento de empresas Miguel Zorita -ex Banco Exterior, ex Deloitte España y ex Grupo San José- hoy presidente de Zima Capital y presidente ejecutivo de Zima Equity Investments.

Zorita, sin embargo, ha presentado una oferta por Abengoa a título personal, sin vincular a Zima en el proceso. Lo hace bajo la marca Nox, la de una sociedad patrimonial. El proyecto se basa en aportar su propia experiencia en la gestión y reflotamiento de sociedades en apuros, con el apoyo financiero de Terramar una sociedad especializada en la captación de inversores.

«Si Zorita se mete en la operación es para ponerse al frente de Abengoa y dirigir su reflotamiento», dicen fuentes del proceso.

Con todo, la oferta de Zorita y Terramar no parece ser la de mayor cuantía -cinco millones de euros- aunque sí parece asegurar la viabilidad de la empresa sevillana al asumir todos sus créditos y avales, sus 4.700 trabajadores y propone mantener la sede en Sevilla además de conservar el nombre de la empresa al menos tres años.

Pese a que, en su última petición de información, el interventor judicial le reclamó aclaraciones sobre el papel de Terramar y la cuantía del apoyo financiero que prestaría, fuentes próximas a esta candidatura subrayan la «excelente interlocución de Miguel Zorita con la banca», como uno de sus valores añadidos esenciales para la empresa.

Descensos y auto-descartes

La ventaja que han ganado estas dos ofertas españolas se ve favorecida, además, por la pérdida de credibilidad o por la debilidad de sus propuestas. Desde la auto-descartada oferta mexicana de Ultramar, que no presentó la documentación ampliada que les solicitó la Intervención Judicial de Abengoa; a los problemas de imagen y credibilidad de la española Urbas o la portuguesa RCP.

Urbas causó sorpresa en el equipo evaluador de las ofertas por lo que consideró «falta de rigor y de seriedad» en su propuesta final por Abengoa. A la vista del contenido de la revisión de las ofertas, la compañía que preside Juan Antonio Acedo no aprovechó el tiempo extra que le dio el Juzgado para ampliar su documentación. Su oferta no sólo no ha subsanado los problemas detectados por la intervención judicial, sino que presenta un planteamiento de negocio en el que quita credibilidad a la sólida cartera depedidos que Abengoa -mantenida incluso en concurso de acreedores- y la pretende sustituir por un acuerdo comercial con un fondo estadounidense de inversión en infraestructuras.

Adjudicar a un nuevo propietario una empresa de la magnitud económica y tecnológica como la de Abengoa no es sencillo; pero si se le suman los aspectos sociales, con miles de familias ‘pendientes’ de cómo evolucione, la dificultad se amplía.

De ahí que sea importante resolver ante el Juzgado cualquier problema que pudiera atravesar cualquier que opte a adquirir Abengoa. Es el caso de la  portuguesa RCP sobre la que circulan todo tipo de rumores y comentarios relativos a su inclusió o no en las listas de morosos. De hecho, la Intervención pidió a este grupo que aclarase su solvencia económica, cómo prevé articular la compra y que demuestre cómo asegurará la financiación que necesita con algo más que una carta de compromiso del fondo británico Sinclair Capital.

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