La OCDE advierte que España tendrá que hacer un ajuste «más fuerte» por la deuda y las pensiones
La OCDE ha advertido en su último informe sobre la economía española que el Gobierno tendrá que hacer un ajuste «más fuerte y sostenido en el medio plazo» para mantener la deuda en una senda descendente, como exigen ya las reglas fiscales de la Unión Europea. El motivo es que la deuda se situará este año en el 107,1% del PIB para bajar hasta el 106,7% un año después.
Por eso, la OCDE señala que el elevado ratio de deuda sobre PIB y la fuerte inclinación del gasto hacia las pensiones, determinan que España «necesitará una consolidación fiscal más fuerte y sostenida en el medio plazo» para mantener la deuda en una trayectoria descendente, cumplir con las reglas fiscales propuestas por la UE y crear espacio para futuras prioridades de gasto.
En el corto plazo, para contener los costes fiscales, recomienda que las políticas destinadas a mitigar el impacto del shock de los precios de la energía se transformen en «un apoyo específico a los ingresos para los más vulnerables».
Para dejar espacio a futuras presiones de gasto, la OCDE sostiene que la consolidación fiscal debería depender de la subida de impuestos, mediante la ampliación gradual de la base del IVA y el aumento de los impuestos relacionados con el medio ambiente y la mejora de la eficiencia del gasto.
Las proyecciones de la OCDE apuntan también a que el déficit de España caerá este año al 3,3% del PIB desde el 3,6% del año pasado, cifra insuficiente para cumplir con las reglas de Bruselas, que obligan a dejar el déficit ya este año por debajo del 3%. Para el próximo año, la OCDE calcula que el déficit sea del 2,6%.
La parte positiva es que la OCDE ha revisado tres décimas al alza su previsión de crecimiento para España en 2024, que estima ahora en el 1,8%, después de la expansión del 2,5% en 2023, mientras que mantiene la expectativa de un rebote de la actividad hasta el 2% para 2025.
La economía española seguirá creciendo este año y el siguiente sustancialmente por encima de la media de la zona euro, cuya expansión ha revisado al alza la OCDE hasta el 0,7% y el 1,5%, respectivamente, desde el 0,6% en 2024 y el 1,3% en 2025, anticipados en febrero.
«El consumo privado sustentará el crecimiento respaldado por un mercado laboral resistente y aumentos de los ingresos reales», apunta la OCDE, añadiendo que espera que la tasa de inflación armonizada de España caiga al 3% en 2024 y al 2,3% en 2025, mientras que el dato subyacente bajaría al 2,9% este año y al 2,2% el siguiente.
La organización con sede en París anticipa que la inversión seguirá siendo débil en 2024, aunque confía en que aumentará en 2025 debido a la implementación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (RTRP), por lo que apunta entre los riesgos a la baja para sus previsiones, además de una mayor escalada de las tensiones geopolíticas que empeorasen la demanda de los principales socios comerciales de España, una implementación más lenta del Plan.
Las proyecciones de la OCDE apuntan a que el déficit presupuestario de España caerá este año al 3,3% del PIB desde el 3,6% del año pasado, mientras que para 2025 la organización espera que se reduzca al 2,6%.
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