Hostelería

Miles de hosteleros se concentran en Valladolid contra las restricciones al grito de «queremos trabajar»

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Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

Los hosteleros de Valladolid se han lanzado a las calles para protestar por el cierre de los bares y restaurantes sin ayudas económicas para hacer frente al golpe que ha asestado la crisis del coronavirus al sector. Más de 5.000 personas -según fuentes de Hostelería España- han recorrido las calles de la capital del Pisuerga con cazuelas y al grito de «queremos trabajar».

Así, lo que en principio era una convocatoria en apoyo a la hostelería de Valladolid, se ha convertido en una manifestación de carácter regional a la que se han sumado también otros sectores afectados por la crisis: cultura, agencias de viajes, turismo rural, gimnasios, autónomos, proveedores o taxistas, entre otros.

Desde la cabeza de la comitiva, la presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid (Apehva) y vicepresidenta de la Confederación Regional de Hostelería (Hosturcyl), María José Hernández, ha dado la bienvenida a «todo el tejido empresarial afectado» que se ha adherido a la convocatoria de los hosteleros y ha animado a los asistentes a «defender los derechos de empresarios y trabajadores a reabrir sus negocios».

«La supervivencia del motor de la economía española depende de nuevas medidas como expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) totales para las empresas, bajada de alquileres, paralización de los créditos relativos a los negocios, exoneración de la cuota de autónomos, prestación por cese de actividad o exoneración total de la Seguridad Social de los trabajadores», pide María José Hernández para garantizar la viabilidad del sector más allá de la campaña de Navidad.

Golpe a la hostelería

Mientras tanto en España el sector hostelero continúa denunciando la estigmatización y criminalización que ha sufrido por parte del Gobierno de Sánchez, y las pérdidas que han registrado como consecuencia de los toques de queda y restricciones impuestas para tratar de contener la propagación de la pandemia. Esta denuncia, se ha incrementado después de conocerse que los bares y restaurantes españoles solo concentran el 3,5% de los contagios en España desde el pasado mes de mayo.

«Nos vuelven a situar en el foco cuando los propios datos del Gobierno demuestran que el indice de los contagios supone menos del 3,5%, mientras los casos en reuniones familiares y de amigos tienen una incidencia seis veces mayor que en los bares y restaurantes», critica y alerta que cerrar la hostelería forzaría a muchas personas a reunirse sin condiciones de seguridad.

Salvar la campaña de Navidad

Ante este escenario, los hosteleros piden, al mismo tiempo y para no volver a caer en errores del pasado «una apertura paulatina y segura, que no vuelva a poner en riesgo la viabilidad de nuestros establecimientos y que nos permita salvar, aunque sólo sea en parte, la campaña de Navidad, único salvavidas al que a día de hoy nos podemos agarrar, tras este nefasto año 2020».

Por su parte, calculan que un total de 100.000 establecimientos cerrarán en los próximos meses si continúan las restricciones, que han provocado que 400.000 familias ya hayan perdido su empleo por el impacto de la crisis del coronavirus. Unos datos que se suman al aumento del número de los concursos de acreedores que se han disparado un 78% en el mes de septiembre. La pandemia ha provocado que el sector hostelero acumule 254 suspensiones de pago o quiebras en lo que va de año.

Otros sectores

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Agencias de Viaje de Valladolid (AVAV), Miguel Incera, ha recordado que el sector «está en crisis total sin ingresos ni ayudas directas desde marzo». «Necesitamos que las restricciones no sean una limitación de la actividad, sino que permitan seguir trabajando y si no se puede, que nos ayuden a aguantar hasta que podamos empezar a trabajar», ha reivindicado, a pesar de reconocer que, «tristemente, las expectativas no son buenas».

No obstante, lejos de preocuparse por el corto plazo, Incera reclama «planificación para poder empezar a trabajar cuando las restricciones lo permitan» y subvenciones que garanticen la «supervivencia» mientras no puedan tener actividad. «No queremos que se permita el viaje si la situación no procede, pero necesitamos que se nos apoye o ayude», ha insistido.

Reivindicaciones similares ha lanzado el presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid, Luis Chico, que aboga por conseguir que las ayudas lleguen y que haya una cierta fiscalidad positiva que dote de liquidez a los negocios del mundo rural». «Seguimos pagando y no hemos recibido ningún tipo de ayuda», ha reprochado, al tiempo que ha pedido mayor planificación, pues las subvenciones que sí han llegado, «no lo han hecho al ritmo esperado».

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