El mercado laboral sigue con respiración asistida: los errores de Sánchez que dañan la recuperación
Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)
Los datos de afiliación a la Seguridad Social y paro registrado de octubre son algo mejores de los esperados y continúan una tendencia de suave mejoría. Esto puede verse en la moderación del ritmo de caída de la afiliación, así como en las series desestacionalizadas, según las cuales la afiliación de octubre fue la más alta desde marzo. Perdíamos 6 a 0 y ahora marcamos un gol. ¿Estamos mejor? Sí. ¿Estamos bien? No.
Ahora hay 439.600 afiliados menos que hace un año. Es un descenso de 2,3% (el más suave, junto con el del mes pasado, desde marzo). La pérdida de afiliación es más intensa en los Servicios (-2,5% interanual), entre los asalariados (-2,7%) y entre los inmigrantes (-3,5%).
La firma de contratos es elocuente respecto de los problemas del mercado laboral. En octubre se firmaron 1,55 millones de contratos (30,3% menos que hace un año), el dato más bajo para ese mes desde 2012 y, por ejemplo, similar al de octubre de 2003.
Se redujo la firma de contratos de todas las modalidades. Menguaron tanto los indefinidos (-36% interanual, el peor dato en cinco meses) como los temporales (-29,6%). Bajó la firma de contratos de jornada completa (-25,1%), así como la de los de jornada parcial (-38,5%).
Los parados registrados suman 3,83 millones, 20,4% más que hace un año. Con todo, es el incremento más moderado desde marzo. El paro sube más entre jóvenes (+35,9% interanual) e inmigrantes (+40%).
El triunfalismo con el que se presentaron los datos provisionales del PIB del tercer trimestre y los incrementos de impuestos anunciados, sugieren que el gobierno considera que la recuperación económica está garantizada. No explican por qué ni yo veo ninguna razón que apoye esa expectativa.
Para empezar, el mercado laboral está con “respiración asistida”, con casi 600.000 personas en ERTE (más del 3% del total de ocupados). Además, varios segmentos del mercado de trabajo presentan problemas desde antes de la pandemia porque las decisiones de Pedro Sánchez en materia económica ya habían debilitado la briosa recuperación iniciada en 2014.
Un caso es el del empleo agrario, que ha caído en 16 de los últimos 17 meses. Eso implica que se producen caídas sobre meses en los ya se había reducido el empleo. Por ejemplo, los 10.500 empleos perdidos ahora se registran sobre los 19.900 puestos perdidos en octubre de 2019. De hecho, ese sector emplea ahora a menos gente que hace 20 años.
Otro caso es el de los contratos indefinidos: de los últimos 21 meses, su firma cayó en 19. Es decir que la tendencia descendente de este tipo de contratos comenzó en febrero de 2019. Un ejemplo más: el paro de inmigrantes encadena 13 meses creciendo (los últimos cinco con aumentos de al menos el 40%).
Varios errores conceptuales están implícitos en las medidas económicas que el Gobierno viene tomando. Entre ellos, que la economía puede crecer sobre la base del aumento del gasto público, que se puede aumentar los impuestos sin dañar la confianza ni la inversión, que se puede seguir regulando la actividad de las empresas sin golpear la productividad, que el aumento de la deuda pública no es preocupante y que los mercados financiarán voluntariamente cualquier volumen de déficit fiscal.
Todos esos equívocos conspiran contra una recuperación sostenida de la actividad y el empleo. Por eso, lo que cabe esperar es un “rebote” de corto plazo por la dosis masiva de gasto público, que luego dé paso a una serie de complicaciones derivadas de los errores conceptuales mencionados. Un camino potencialmente agravado por las restricciones que se van adoptando a nivel autonómico para combatir la pandemia.
La economía es como un partido de fútbol que no termina nunca. Podemos ir perdiendo 6 a 1, pero siempre queda tiempo para remontar. Nuestra situación, sin embargo, es la opuesta: mientras el ala antisistema del gobierno siga siendo el que marca la agenda, la cantidad de goles que nos pueden convertir tampoco tiene límite.
Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)