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Marín Quemada, autor de cinco meses de parálisis y desconcierto en el sector energético español

Marín Quemada, autor de cinco meses de parálisis y desconcierto en el sector energético español
José María Marín Quemada, presidente de la CNMC.

Cinco de julio de 2019. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) envía una nota de prensa con un titular que no revela las consecuencias del anuncio que realizaban para el futuro del sector energético español: “La CNMC somete a consulta pública siete proyectos de Circulares adicionales con las que asume las competencias atribuidas por el derecho comunitario en materia de gas natural y electricidad”.

Detrás de este título aparentemente inofensivo, se esconde el anuncio de unos borradores de circulares que han puesto en jaque a las compañías de energía en España, especialmente las del gas, que se llevaban la peor parte del ‘hachazo’ que había sido orquestado por el presidente de la institución, José María Marín Quemada, el autor de cinco meses de parálisis y desconcierto en el sector energético español.

Durante los últimos cinco meses muchas empresas han paralizado sus inversiones, han frenado sus planes de creación de empleo, se ha puesto en duda la seguridad jurídica a las que se enfrentan las empresas nacionales o las distribuidoras de gas en España han visto como peligraba su continuidad, sólo por mencionar algunas consecuencias en la economía real de un conjunto de circulares en la que se empeñó el presidente de la CNMC y que ha tenido consecuencias desastrosas.

El pasado 3 de diciembre la CNMC daba marcha atrás. Aunque sólo en parte. Proponía reducir a la mitad el hachazo a las gasistas desde el 17,8% previsto inicialmente hasta el 9,6%. Aunque lo cierto es que mientras que el resto de las circulares que afectan al sector eléctrico sí se aprobarán antes del 1 de enero de 2020, como estaba previsto, la hoja de ruta del sector gasista se aprobará finalmente durante el próximo año, cuando probablemente Marín Quemada deje de estar al frente de la institución. El organismo también revisó días atrás -concretamente el 31 de octubre- a la baja el recorte a la retribución de las eléctricas entre 2020 y 2025.

Marín Quemada finalizó su mandato el pasado mes de octubre, junto a otros cuatro consejeros. Sin embargo, al no haberse formado un nuevo Gobierno continúa ocupando su cargo. Las empresas están deseando que haya una renovación en la CNMC para que la institución no sea en el futuro un palo en la rueda de la actividad económica. Las empresas ya están lo suficientemente amenazada por el temor a la llegada de un Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y esperan que el superregulador vuelva a tener un funcionamiento técnico, mucho menos politizado.

Marín Quemada durante estos últimos meses no ha dejado títere con cabeza y se ha dedicado a estrechar el cerco a las empresas de todos los sectores regulados por dos vías: la regulación y las sanciones. Hasta el propio Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera, cuyo marido es consejero de la CNMC, ha tenido que mostrar distancias de Marín Quemada, avisando de que se estaba poniendo en peligro las inversiones de las compañías.

Las empresas lo tienen muy claro. El de la energía es un sector de largo plazo y las inversiones se tienen que realizar teniendo en cuenta periodos de recuperación de hasta varias décadas, por lo que cambiar las reglas del juego con la forma, y el fondo, con lo que lo ha querido hacer Marín Quemada no tenía ningún sentido. Algo se ha confirmado ya que, cinco meses después, muchas incógnitas siguen en el aire. Y lo que es peor: en muchos de los problemas generados (como la pérdida de inversiones o de empleo) no siempre hay vuelta atrás.

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