El juez libra al Banco de España por el Popular: «No nos compete determinar si la supervisión funcionó»
El Banco de España se ha vuelto a librar de una acusación penal en el caso del Banco Popular, como ya ocurrió en el de Bankia. El supervisor, entonces con Luis Linde como gobernador, avaló o, como mínimo, no detectó los delitos de los que el juez Calama acusa al Popular, pero el magistrado asegura que no le compete determinar si la supervisión funcionó o no.
Como informó OKDIARIO, una de las razones por las que el cierre de la instrucción se ha alargado tanto (las prórrogas se acabaron en abril del año pasado y han pasado seis años y medio desde su inicio) ha sido la intención del juez de no salpicar al Banco de España, cuya subgobernadora actual, Margarita Delgado, era responsable de la supervisión del Popular cuando ocurrieron los hechos.
«Ha quedado extramuros de la instrucción la actuación de los supervisores (CNMV/BdE/BCE), pues desde el inicio de la investigación penal así se dispuso. No nos compete a nosotros determinar si el sistema de supervisión funcionó correctamente o no. A otros ámbitos corresponderá ponderar si estuvieron o no a la altura de su importante misión institucional», explica el auto en el que sienta en el banquillo a Ángel Ron, a su equipo directivo y a PwC por estafa a inversores y falsedad contable.
Es decir, José Luis Calama culpa implícitamente al magistrado que inició la instrucción en la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, de que el Banco de España no haya sido imputado en la causa del Popular. Además, no especifica cuáles son esos ámbitos a los que corresponde evaluar la labor supervisora en este caso.
Ahora bien, también añade: «En la resolución, despejamos algunas dudas que se han ido planteando por alguna parte durante la investigación. El Banco de España es el regulador contable de las entidades financieras. Emite normas contables -las circulares- que se publican en el BOE y son de obligado cumplimiento para dichas entidades. Así de simple y así de claro. Solo así el sistema de supervisión puede tener un alto grado de fiabilidad».
Con ello, pretende rebatir el argumento de la defensa de Ángel Ron de que cumplieron las normas cuando se lo exigió la inspección del Banco de España (ya integrado en el mecanismo único de supervisión del BCE). Pero también implica que el sistema de supervisión no es fiable si no se cumplen las normas contables, como en este caso. Y no se cumplieron porque no se le obligó al Popular a cumplirlas.
El Banco de España es responsable de revisar que las cuentas de todos los bancos cumplen la normativa y reflejan la imagen fiel de su situación. En el caso del Popular, además, realizó la ampliación de capital de 2016 -donde se cometieron estos supuestos delitos- por exigencia del supervisor ante su delicada situación. Y en estas operaciones siempre se examinan las cuentas con mucho detalle. Luego, o el Banco de España no cumplió su función o, si la cumplió, avaló las cuentas falseadas de la entidad.
De hecho, el propio Linde reconoció a posteriori en la comisión de investigación de la crisis financiera en el Congreso que posiblemente se equivocó al no traspasar los activos inmobiliarios (el origen de sus problemas, cuya ocultación es lo que ahora juzga la Audiencia Nacional) a Sareb, al igual que las cajas de ahorros. Y cuando la crisis desembocó en la fuga de depósitos en 2017, el entonces gobernador se negó a inyectar liquidez de emergencia para no mantenerlo artificialmente vivo.
El precedente de Bankia
El Banco de España (entonces con Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente) ya se libró en el caso de la salida a Bolsa de Bankia en 2011, también instruido por Andreu, aunque entonces el ex gobernador llegó a estar imputado en dos ocasiones y tuvo que declarar en condición de tal.
Finalmente, la Sala de lo Penal retiró su imputación y se libró del banquillo -al igual que el expresidente de la CNMV, Julio Segura-, a pesar de que los propios inspectores del supervisor declararon que habían alertado a la cúpula de la grave situación de la entidad y había correos electrónicos que lo probaban. Es decir, en ese caso quedó claro que el Banco de España conocía el falseamiento de las cuentas de Bankia y miró para otro lado. Aun así, su máximo responsable no fue juzgado.
Se da la paradoja de que el principal argumento de la sentencia que absolvió a Rodrigo Rato, a su cúpula de Bankia y al auditor Deloitte fue precisamente que cumplieron las instrucciones del Banco de España. Pero como éste no estaba acusado, no se podía determinar su responsabilidad. Algo similar a lo que dice ahora Calama en el caso del Popular.