«El modelo económico actual es incompatible con la supervivencia del planeta»
J.L Gallego, divulgador ambiental y asesor en sostenibilidad, recoge en su última obra los casos de éxito de una treintena de organizaciones y gobiernos que han apostado por avanzar hacia un desarrollo más limpio, sostenible y en armonía con el planeta. El autor de ‘Circulando hacia una nueva economía’ responde a las preguntas de OKDIARIO.
¿Cuáles son las distintas especificaciones de la economía circular para los distintos tipos de empresas?
Esto no va de trajes a medida. Las bases de la economía circular son perfectamente aplicables a cualquier modelo de negocio tanto de bienes como de servicios, la cosa consiste en repensar los procesos productivos y aplicar las correcciones necesarias para no salirse de los límites que marca el desarrollo sostenible, que es la única forma de desarrollo posible. No importa el tipo de empresa ni el sector en el que actúe. La sostenibilidad es transversal.
Ahora mismo la mayor pandemia que hay más allá que el propio coronavirus es la pandemia de la incertidumbre, que amenaza cualquier tipo de plan de negocio ¿la economía circular es el mejor sistema para luchar contra esa incertidumbre?
La mayor incertidumbre a la que nos enfrentamos es el deterioro de las condiciones que hacen posible nuestra vida en el planeta, y por supuesto nuestro actual modelo económico. Hay una cosa que debemos tener muy clara: los recursos naturales son limitados. Es necesario que las empresas tengan en cuenta esos límites a la hora de plantearse sus modelos de desarrollo, ahora y en el futuro, en el actual escenario y en cualquier otro.
¿Y por qué es mejor la economía circular en un contexto pandémico?
Porque hemos descubierto, agriamente, dolorosamente, que esto tenía un límite, que pensar en un crecimiento infinito en un planeta infinito era un absurdo. El modelo de desarrollo que nos ha traído hasta aquí está agotado porque no hemos tenido en cuenta los límites. Lo que la economía circular nos propone es tener en cuenta esos límites y pasar del modelo lineal de fabricar, usar y tirar al modelo circular de fabricar, usar y recuperar para volver a fabricar sin tener que seguir agotando el planeta. La transición hacia ese modelo es necesaria para seguir progresando a un ritmo mucho más razonado, sea cual sea el contexto.
¿La economía circular se hizo entre otras cosas para abordar mejor un contexto pandémico?
No, la economía circular se hizo para evitarlo. La pandemia que estamos atravesando es una consecuencia del forzamiento de los ecosistemas naturales, del agotamiento de sus recursos, de la destrucción de la naturaleza y de la crisis climática provocada por un modelo productivo insostenible. La economía circular surge para reducir al máximo esos impactos y, en consecuencia, evitar los riesgos.
Si en España lo que nos falta es una reindustrialización y somos dependientes de los mercados y recursos extranjeros ¿realmente necesitamos el sistema de la economía circular o primero necesitaríamos reindustrializar el país y después la economía circular?
Es que el tránsito hacia la economía circular es en sí mismo un proceso de reindustrialización. De hecho muchas empresas han sabido interpretar el momento y están implementando los cambios necesarios para avanzar hacia ese modelo. Otras en cambio siguen creyendo que esto no va con ellas y que lo de revisar procesos para aplicar medidas de mejora medioambiental es una pérdida de tiempo. Grave error. En los próximos años vamos a asistir -estamos asistiendo ya, de hecho- a un proceso de darwinismo empresarial en el que los negocios que no se adapten al nuevo escenario de la sostenibilidad se verán abocados a la extinción.
¿Se puede salir de la crisis siendo sostenible?
Es que es la única manera de lograrlo. Hay empresas de todos los tamaños y de todos los sectores que llevan tiempo demostrándolo. En “Circulando hacia una nueva economía” recojo 30 ejemplos, pero son solo una muestra. Uno de los mejores ejemplos es el de la marca valenciana AquaService: líder en distribución de agua mineral natural con dispensador. Cuenta con más de 300.000 clientes, tanto empresas como hogares, que dan de beber a casi dos millones de consumidores al día, y no generan un solo residuo de plástico, puesto que se trata de un sistema de logística circular en el que en el mismo acto de reposición se entregan las garrafas llenas y se recogen las vacías, que al final de su vida útil se reciclarán al 100% para hacer nuevas garrafas. Distribuyen con camiones híbridos y eléctricos, lo que les ha permitido reducir a la mitad sus emisiones de CO2, el 100% de la energía que consumen es de origen renovable y se han marcado el objetivo de ser neutros en carbono en 2030. ¡Ah! y se me olvidaba: todo ello sin parar de crecer y generar empleo.