Análisis

El Covid-19 se ceba con las pymes: el 99% de las empresas destruidas tiene menos de 50 empleados

Francisco Coll Morales es economista y coordinador del servicio de estudios de la Fundación Civismo.

destrucción empresas
Destrucción de empresas.

Hace escasos meses, la Fundación Civismo publicaba un artículo de investigación en el que se hablaba sobre la vulnerabilidad que mostraba el tejido empresarial español. La sobrerrepresentación de pymes en este, en un escenario en el que se muestran más vulnerables y menos resilientes a la hora de afrontar una crisis como la actual, nos lleva una destrucción de capacidad productiva bastante superior a la que muestran otras economías como puede ser la alemana.

Esta otra economía -la llamada locomotora de la zona euro- presenta un tejido empresarial que, pese a que en el valor relativo tiene una composición similar a la de España, en valor absoluto se trata de un país que triplica en número de grandes empresas al país peninsular. Esta mayor presencia de compañías de gran tamaño nos dejan un mejor escenario que en aquellas economías en las que las pymes se han convertido en el único motor de crecimiento.

Así pues, el artículo citado analiza el comportamiento de estas empresas entre los años 2008 y 2017. Durante este periodo, la población empresarial -medida por tamaño de empresa-, muestra que mientras las grandes empresas registran una variación negativa acumulada de 215 empresas durante el periodo, la variación negativa que muestran las pymes asciende hasta las 90.000 empresas. Una situación que vuelve a repetirse en la presente crisis, donde el 99% de las empresas destruidas por el Covid-19 vuelven a ser pymes.

De la misma forma ocurre con el empleo. Habiendo analizado las grandes empresas durante el mismo periodo, lo que observamos es que estas registran una variación negativa en el empleo del -0,1%; las pymes y microempresas, por su parte, registraron una variación acumulada del -32% en el caso de las pequeñas empresas, así como del -15,6% en el caso de las medianas.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a cierre de este año confirman lo que se dice en el artículo, y lo que consideramos un factor relevante a tener en cuenta, con el fin de fortalecer nuestra economía de cara al futuro. Analizando el ejercicio pasado, el 2020 se saldó con una variación negativa de 512.700 personas menos en aquellas empresas con plantillas de entre 1 y 10 trabajadores, mientras la variación en aquellas con plantillas de entre 11 y 493 fue de 196.400 trabajadores menos.

Muy al margen, en empresas de gran envergadura, con plantillas de entre 250 y más trabajadores, la variación fue positiva, habiéndose registrado un aumento de 149.900 empleados en esta tipología, así como de 32.600 en aquellas de entre 50 y 249 trabajadores. Aun habiéndose registrado la mayor contracción económica en años de historia, las grandes empresas, a diferencia de las pymes –que registran variaciones negativas en el empleo muy abultadas– registraron su mayor incremento en el nivel de empleo de los últimos 6 años.

En este contexto, los datos muestran esta evidencia que, en muchas ocasiones, parece pasar desapercibida. Las pymes, debido a su mayor escasez en materia de recursos, su mayor fragilidad para superar una crisis, así como su escasa capacidad para obtener financiación y endeudarse, presentan una mayor debilidad que contagia nuestro tejido productivo.

En este sentido, un contagio que fruto de esa mayor vulnerabilidad entre otros factores que no eran objeto de estudio en el análisis, nos lleva a recuperaciones más tardías, así como a situaciones que también cabría destacar en otros artículos como es la productividad.

Pues hablamos de factores como la productividad que nos muestran que España, en contraste con otras economías del bloque comunitario, se encuentra por delante de la media europea cuando hablamos de grandes empresas; mientras que si hablamos de pymes, el análisis nos dice que la productividad en este tipo de empresas se encuentra estancada.

En resumen, si queremos fortalecer nuestra economía, las últimas dos crisis nos han mostrado que necesitamos hacer crecer nuestro tejido productivo, necesitamos ayudar a crecer a nuestras empresas, y que estas incrementen su tamaño. La forma de contener la capacidad productiva, entre otros factores y como se ha visto en la literatura extraída para hacer el artículo citado, es fortaleciendo nuestro tejido productivo.

Los datos analizados en este artículo, así como los que analizamos en profundidad en dicho artículo, muestran una realidad que España sufre, y que hasta podría justificar, en parte, nuestro comportamiento procíclico en las crisis.

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