La imputación de Fridman pone en riesgo los 600 millones de la determinante ampliación de capital de DIA
La imputación de Mikhail Fridman, máximo accionista de la cadena de distribución de alimentos DIA, pone en riesgo le determinante ampliación de capital de 600 millones de euros anunciada por la compañía tras alcanzar un acuerdo con la banca acreedora. Esta ampliación, que deberá llevarse a cabo a finales de 2019, resulta fundamental para la supervivencia de DIA y forma parte del acuerdo de refinanciación alcanzado con todos sus acreedores sindicados hasta 2021.
Fridman ha sido acusado de controlar toda una serie de «maniobras» y «asfixias económica» de la tecnológica española, con el objetivo de adquirir la compañía a un valor muy por debajo del precio de mercado. De este modo, el multimillonario ruso ha sido citado para declarar en esta causa, junto a Javier Pérez-Dolset, expresidente de Zed.
Marc Ribes, cofundador de Blackbird, destaca que «si Fridman sale culpable de haber manipulado al grupo Zed, afectará claramente a DIA, ya que ha hecho exactamente lo mismo con las dos compañías. Lo que pasa es que con DIA es un caso todavía más bestia. Ha hundido la cotización para comprar la empresa a precio de derribo. Todo está en el aire, y el hecho de que tenga que aportar una gran cantidad de dinero para la ampliación de capital de la firma no da confianza ni al mercado, ni a los inversores».
Por su parte, Aitor Méndez, analista de IG Markets, subraya que «esto socava todavía más la confianza de los accionistas y los inversores en la forma de hacer negocios del magnate ruso». «Otra cosa sería que algunos accionistas minoritarios se agarrasen a esta decisión de la Justicia para forzar alguna investigación sobre lo que ha sucedido en DIA. Entonces sí que podría suponer un problema para los títulos de la compañía. Pero por el momento esta hipótesis es especular demasiado».
Problemas de credibilidad
El hecho de que Fridman haya repetido la estrategia que ya empleó en su día con el grupo Zed no ayuda a mejorar la confianza que los inversores y accionistas tienen en el liderazgo del multimillonario ruso. Y es que desde la llegada del ‘salvador’ los problemas de DIA fueron en aumento, hasta la polémica OPA lanzada por el magnate en el mes de febrero.
«La dilución que va a generar la ampliación de capital va a ser muy dura para los minoritarios, que además tendrán que asumir que, aunque los gestores del grupo sean capaces de revertir la situación de crisis actual y se vuelvan a generar beneficios, no podrán recibir dividendos hasta que la deuda refinanciada quede totalmente amortizada», ha señalado Antonio Castelo, analista de iBroker.