Automóviles

La imposibilidad de influir al Gobierno desata la gresca entre las patronales de concesionarios

El sector de la distribución de vehículos está dividido en dos patronales

Sus diferencias siempre han parecido irreconciliables y aún más en estos momentos

La imposibilidad de influir al Gobierno desata la gresca entre las patronales de concesionarios
Gerardo Pérez, presidente de Faconauto

El sector de la venta de vehículos se encuentra enfrentado entre sí desde hace más de 30 años, cuando Faconauto, que hoy engloba a los concesionarios oficiales, se separó de Ganvam, que incluye concesionarios, talleres y otros servicios. Desde entonces, las dos patronales de concesionarios que comparten un mismo público objetivo y una misma actividad han convivido con mejor o peor relación. Diferencias personales han impedido su posible reunificación, intentada en alguna ocasión y que no ha llegado nunca a producirse. Pero esta semana su aparente cordialidad se ha venido abajo con ataques directos de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, a Lorenzo Vidal de la Peña, presidente de Ganvam.

De la Peña pedía más protagonismo para su sector en una entrevista asegurando que «los fabricantes y la administración han jugado, hasta ahora, solos sin informar ni invitar a la distribución, hemos sido unos comparsas». Y estas declaraciones sentaron tan mal a Pérez que se desató con un ataque inmisericorde contra el empresario cántabro De la Peña, aliado de Juan Rosell en CEOE y que ha liderado un cambio en una patronal Ganvam, tan veterana como su anterior presidente, Juan Antonio Sánchez Torres, que falleció con las botas de una de las patronales de concesionarios puestas.

Pérez se sintió aludido por las palabras de su adversario en las distribuidoras diciendo que «Faconauto considera que estas declaraciones confunden, van en contra del sector y desvirtúan la relación que estamos manteniendo, en representación legítima de los concesionarios, tanto con las marcas como con las diferentes administraciones para impulsar el desempeño de la distribución oficial en nuestro país». Una andanada que muestra la mala relación entre ambas instituciones: «Planteamientos así ponen en peligro la defensa de los intereses de los concesionario».

Patronales a la sombra de Anfac

Ganvam no ha querido responder, a preguntas de este periódico, al ataque directo de su patronal ‘hermana’, que se escindió de ellos hace más de 30 años y desde entonces ha mantenido una agenda diferenciada y un intento por hacerse con la mayor representatividad del sector.

En realidad, tanto una como otra patronal han estado, al menos en los años de la crisis, a la sombra de Anfac, la gran patronal de fabricantes que engloba a las Volkswagen, Seat, PSA, Nissan, Toyota, Iveco, Ford, Renault… etc. Anfac ha tenido a su favor la potencia de los grupos que la integraban. En los últimos 10 años ha sido presidida por primeras espadas del sector automovilístico, destacando sobre todos ellos Francisco Javier García Sanz, 17 años vicepresidente de Compras del grupo Volkswagen y uno de los hombres de más influencia en el grupo alemán. Con directivos que representaban a multinacionales y dirigida en comunicación de forma certera por David Barrientos, actualmente director de comunicación en Nissan, Anfac colocó a la industria del autómovil como ejemplo de la recuperación económica española en el imaginario colectivo, y consiguió una voz influyente ante el Gobierno de Mariano Rajoy.

El actual presidente de Anfac, José Vicente de los Mozos, ha continuado la senda de buenas relaciones con los partidos y las instituciones que han hecho de su lobby uno de los más poderosos de España.

Sin embargo, las dos patronales de concesionarios han tenido más difícil hacer prevalecer sus mensajes. Y la prueba de esto es que cuando el Gobierno habla de la automoción lo hace refiriéndose exclusivamente a la industria y a su carácter exportador. Tienen mucha más potencia para influir en el Ejecutivo 17 fábricas y 65.000 trabajadores directos que un sector de venta de coches que engloba a casi 60.000 empresas.

Las distribuidoras, bien sean Faconauto o Ganvam, no han tenido hasta ahora la capacidad de influencia de los fabricantes. Su propia separación en dos patronales ha restado fuerza negociadora a la distribución, con un Faconauto que representa a concesionarios y talleres oficiales y un Ganvam que quiere englobar también a compraventas, talleres independientes y sectores afines.

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