El Bundesbank alemán, con el país en recesión, presiona para aumentar el precio del dinero

Los ‘halcones’ y ‘palomas’ del BCE preparan la batalla por la subida de tipos que amenaza las hipotecas

Los ‘halcones’ y ‘palomas’ del BCE preparan la batalla por la subida de tipos que amenaza las hipotecas
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La próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) del 14 de septiembre, en la que se decidirá el rumbo que van a tomar los tipos de interés -actualmente en el 4,25%-, ha desatado la tradicional pelea que sostienen los llamados ‘halcones’ y ‘palomas’. Los primeros son los partidarios del rigor monetario extremo, a fin de conseguir recortar a toda costa la inflación hasta el 2% -que es el mandato fundacional del banco emisor-. Las ‘palomas’ se inclinan por una pausa en la escalada del precio del dinero, teniendo en cuenta la creciente desaceleración de la economía europea -también de la española-, y la decisión definitiva al respecto será crucial para los los ciudadanos, acuciados sobre todo por el coste de las hipotecas.

El representante por antonomasia de los ‘halcones’ es el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, que está en favor de continuar subiendo el tipo de interés al menos 25 puntos básicos porque «la guerra contra los precios todavía está muy lejos de ser ganada», según ha declarado en público estos días. Irónicamente, las subidas de tipos tienen efectos claros sobre la economía, contribuyen a enfriar la actividad, y Alemania es precisamente el único país de los grandes de la Eurozona que está en recesión técnica -dos meses consecutivos con crecimiento negativo-. Esta aparente contradicción se explica por la legendaria hiperinflación que se produjo durante la República de Weimar (1918-1933), que dio paso al nazismo, y que ha vacunado para siempre a los alemanes contra la maldad intrínseca del descontrol de precios.

Los ‘blandos’ del BCE son, en cambio, los representantes de los países del Sur de Europa, que aunque tienen precios más inestables, comparten problemas de crecimiento económico, baja productividad y tasas de desempleo sensiblemente por encima de la media europea, como es el caso de España, Portugal, Grecia e Italia. De manera que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, podría encontrarse entre los partidarios de relajar temporalmente la política monetaria a la espera de nuevos resultados sobre la marcha de los precios y de la actividad, aunque hasta la fecha ha venido alineándose con la mayoría de los miembros del BCE, impulsores finalmente de seguir aumentando los tipos de interés.

La reunión del BCE del 14 de septiembre se producirá dos semanas después de la cumbre de banqueros centrales celebrada en la localidad americana de Jackson Hole, en el estado de Wyoming, en la que los principales responsables de las autoridades monetarias mundiales parecen haberse confabulado para combatir la inflación contra viento y marea, pero donde los matices en los discursos de unos y otros son el germen de intensas especulaciones de los analistas sobre las decisiones que se adoptarán en breve.

El presidente de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell, aseguró la semana pasada que la inflación es aún demasiado alta, danto a entender que una nueva vuelta tuerca en los tipos de interés podría ser procedente, añadiendo que la economía americana está relativamente fuerte y que los datos de empleo siguen siendo robustos, circunstancias que podrían apoyar un endurecimiento monetario. De acuerdo con el discurso de Powell en Wyoming, la Fed seguirá muy vigilante ante la inflación, que por ahora no ve que esté bajando, lo cual viene a significar que no han acabado las subidas de tipos. Por su parte, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, añadió que el BCE pondrá los intereses tan altos como sea necesario (“as high as needed”) y los dejará ahí todo el tiempo que sea preciso (as long as it takes”)

Lucha contra los precios

Powell, igual que Lagarde, enfatizó la lucha contra los precios y dejó claro que ese combate no ha terminado todavía, pero a la vez aseguró que la actividad sigue tirando, dejando así ver que la Fed no es insensible al impacto de sus decisiones monetarias en la economía. Eso lleva a pensar que la Fed va a prestar mucha atención a los tipos de interés reales (tipo nominal menos inflación), no dejando que pasen de cierto nivel, un nivel que algunos analistas sitúan como límite en 1,5 puntos.

En cuanto a Lagarde, la presidenta europea ha insistido en que la decisión del 14 de marzo tendrá muy en cuenta la evolución más reciente de los precios -los últimos datos adelantados de agosto se conocerán en breve-, pero fuentes consultadas por OKDIARIO no esperan grandes cambios. Es decir, que principalmente la tasa subyacente seguirá reflejando una gran resistencia a la baja. La tasa de inflación interanual de la zona euro se moderó en dos décimas durante el mes julio en comparación con los datos del mes anterior. La subida de precios alcanzó el 5,3%, el dato más bajo desde enero del año pasado. Sin embargo, la inflación subyacente se mantiene sin cambios  en el 5,5%.

La decisión que finalmente se adopte será determinante para la posición financiera de las familias y de las empresas. Las primeras están acuciadas por el aumento del coste de las hipotecas. Cuando el euríbor alcanzó en julio una media del 4,25%, los hipotecados que han tenido que revisar su cuota con dicho valor, han sufrido un encarecimiento de 3.800 euros al año. Por otra parte, las empresas están igualmente afectadas por el encarecimiento de la financiación que necesitan para su marcha diaria, y los inversores encuentran mayores dificultades para llevar a cabo sus proyectos, una concatenación de hechos que conduce inexorablemente a un enfriamiento económico.

 

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