Goirigolzarri y Roig reclaman que los fondos europeos vayan a la empresa privada sin dirigismo del Gobierno
Roig: "Saldremos de esto pero lo haremos por las empresas privadas, como siempre en nuestra historia"
Garamendi pide a los políticos moderación y que trabajen por el país
Los grandes empresarios que han participado en el Congreso de CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos) celebrado este miércoles en Valencia han coincidido en que la salida de la crisis del covid pasa necesariamente por la empresa privada. Incluso algunos de ellos han pedido que los fondos europeos se destinen mayoritariamente a ayudar a las compañías y que no sea el Gobierno el que decida a qué sectores se debe ayudar y a cuáles no.
Juan Roig, presidente de Mercadona, ha asegurado que «saldremos de esta crisis, y lo haremos mediante la empresa privada, como siempre ha ocurrido en nuestra historia». A su juicio, «nos hemos desviado mucho a la salud y poco a la economía», y lo que hace falta es dejar al sector privado que busque su vía para salir, no imponer iniciativas públicas. «Estamos cavando un túnel en el Himalaya, no sabemos cuándo encontraremos el final, pero necesitamos que nos dejen cavar», ha ejemplificado.
Ha coincidido con esta opinión el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. En su opinión, los fondos europeos deben destinarse a financiar iniciativas de empresas privadas, porque «está demostrado que el dirigismo desde el Estado no funciona». «Sería una irresponsabilidad tremenda» no invertir los fondos europeos en proyectos que creen riqueza, en los que «el auténtico protagonista es el mundo empresarial».
Ha puesto como ejemplo que, hace 10 años, nadie habría apostado porque las empresas españolas más exitosas serían del sector de distribución (Mercadona) o textil (Inditex), pero lo han logrado gracias a su iniciativa. Tanto él como Roig han pedido un «buen marco» de seguridad jurídica y fiscal para las empresas.
Los empresarios piden responsabilidad a los políticos
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha manifestado en el mismo sentido: «No podemos parar la economía», y ha añadido que habrá que seguir ayudando a las empresas que lo necesiten «mientras esto no funcione». Por eso, ha criticado medidas como el cierre total de la hostelería en Cataluña, aunque se ha mostrado más comprensivo con el establecimiento de un toque de queda.
Asimismo, Garamendi ha pedido a la clase política «que trabaje por el país, que juegue a la moderación», porque es lo que necesita España para tener estabilidad y generar la confianza necesaria para superar la crisis generada por la pandemia.
En ese sentido, el presidente de la Fundación La Caixa, Isidre Fainé, ha afirmado que «los representantes políticos deben acordar y comprometer una agenda de reformas estructurales amplias, profundas y estables. Culminar reformas de esta envergadura pasa por alcanzar consensos políticos amplios. Y en esta materia, solo podemos confiar en la racionalidad de nuestros líderes políticos. Por ello, me sumo a las voces de quienes reclaman, a las distintas fuerzas políticas que estén a la altura que exige el momento actual. Y que antepongan los intereses del conjunto del país a cualquier otra consideración».
La digitalización puede crear desigualdades
Respecto a esas reformas, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha asegurado que la pandemia ha acelerado entre tres y cinco años el proceso de digitalización de España, pero ha advertido de que es necesario «dotarla de un marco que incluya medidas para aprovechar sus oportunidades y eliminar las desigualdades», una adaptación de las reglas de competencia al siglo XXI y un pacto digital en torno a los valores y la ética.
A su juicio,»hay que poner un marco» a la digitalización. Álvarez-Pallete ha apuntado que se prevé que la digitalización aumente el Producto Interior Bruto (PIB) entre 1,5 y 2,5 puntos porcentuales y la producción de las pequeñas y medianas empresas (pymes) entre un 15% y un 25%, pero para que esto ocurra «hay que llevar a cabo este proceso». Además, ha alertado de que la digitalización va a generar «desigualdades», dado que va a tener un impacto en el entorno laboral y en el acceso a la misma, por lo que es necesario trabajar «para que no se quede nadie atrás».