Giro de 180º en las pensiones confirmado por la Seguridad Social: el cambio que llega el 1 de agosto
Este cambio, en la práctica, se traduce en una reducción automática del dinero que se recibe cada mes


A partir del próximo 1 de agosto de 2025, se introducirá un importante cambio en el sistema de pensiones en España, que afectará a miles de trabajadores, tanto asalariados como autónomos. Esta reforma, impulsada por la Seguridad Social, introduce un criterio más estricto sobre cómo se calculan las pensiones contributivas. La medida tiene como objetivo reforzar el cumplimiento de las obligaciones de cotización y garantizar la viabilidad del sistema en el largo plazo, aunque también traerá consigo consecuencias negativas para quienes no estén al día con sus pagos.
En esencia, el nuevo marco normativo establece que sólo se computarán para la pensión los años en los que se hayan pagado correctamente las cuotas a la Seguridad Social. Si existen impagos o retrasos, esos años podrían no contarse, lo que afectaría directamente al importe final de la pensión o incluso impediría el acceso a la misma. Este endurecimiento del sistema podría suponer una reducción significativa en la cuantía mensual percibida, o en casos extremos, la pérdida del derecho a recibir una pensión contributiva. Ante esta situación, es fundamental subsanar cualquier posible error o deuda antes del 31 de julio de 2025.
Un cambio que marca un antes y un después en las pensiones
La Seguridad Social ha establecido que quienes mantengan cuotas sin abonar o con retrasos, verán cómo esos periodos desaparecen del cómputo total de años cotizados. Esto, a efectos prácticos, significa una rebaja automática en la cuantía que se percibe de pensión, e incluso podría suponer que algunos trabajadores no alcancen el mínimo exigido para acceder a una pensión contributiva.
Por ejemplo, un autónomo que haya cotizado durante 34 años, pero que durante dos de esos años haya tenido pagado las cuotas fuera de plazo, verá reconocido únicamente un total de 32 años de cotización. En este caso, la pensión mensual podría pasar de unos 1.170 euros a aproximadamente 970 euros. Esta diferencia puede suponer un verdadero quebradero de cabeza para muchas personas, especialmente para quienes se encuentren cerca de la jubilación o dependan completamente de esta prestación para cubrir sus necesidades básicas.
El artículo 144 y su nueva interpretación
Este cambio se encuentra respaldado por el artículo 144 de la Ley General de la Seguridad Social. Hasta ahora, muchas personas podían acceder a su pensión sin que las deudas menores afectaran de manera tan directa al cálculo de la cuantía. Sin embargo, la nueva interpretación legal endurece este criterio y convierte en esencial estar al corriente de todos los pagos para no perder derechos acumulados.
Con esta modificación, se impone una obligación clara y concreta: sólo se validarán los años en los que las cuotas se hayan abonado correctamente y dentro del plazo. Cualquier retraso, por mínimo que sea, podría desencadenar consecuencias que antes eran impensables. Esta medida pretende aumentar la eficiencia del sistema y castigar el incumplimiento de las obligaciones contributivas, aunque muchos consideran que la reforma llega de manera abrupta y con poco margen de maniobra para quienes tienen situaciones irregulares.
Cómo actuar antes de que sea demasiado tarde
A pesar de lo drástico del cambio, aún hay margen para reaccionar. La Tesorería General de la Seguridad Social ha publicado una serie de recomendaciones para evitar que este ajuste afecte negativamente a los futuros pensionistas. Lo primero y más importante es solicitar el informe de vida laboral. Este documento, que se puede obtener fácilmente desde la Sede Electrónica, ofrece un resumen detallado de todos los periodos cotizados, incluyendo posibles lagunas o inconsistencias.
Una vez en posesión del informe, el siguiente paso es revisar las bases de cotización, asegurarse de que todos los pagos han sido correctamente registrados y, si se detecta algún error o período en blanco, proceder a corregirlo. Regularizar deudas y presentar los justificantes correspondientes puede ser la diferencia entre mantener una pensión digna o enfrentarse a una reducción considerable.
Éste nuevo criterio marca un punto de inflexión en la política de pensiones en España. No se trata únicamente de un cambio técnico en los cálculos, sino de un mensaje claro por parte del Gobierno: el sistema necesita reforzar su sostenibilidad, y para ello es imprescindible que todos los trabajadores cumplan rigurosamente con sus obligaciones.
El nuevo enfoque de la Seguridad Social en materia de pensiones tiene como objetivo garantizar la sostenibilidad del sistema y fomentar una cultura de cumplimiento en materia de cotizaciones. Si bien puede entenderse la lógica detrás de esta reforma, lo cierto es que su aplicación puede generar importantes problemas a corto plazo, especialmente entre los colectivos más vulnerables.
La clave estará en la información, la prevención y la regularización. Revisar la vida laboral, subsanar errores, pagar deudas pendientes y contar con documentación actualizada serán pasos esenciales para evitar sorpresas desagradables. Esta reforma nos recuerda que la jubilación no sólo depende de cuántos años trabajamos, sino también de cómo y cuándo cumplimos con nuestras obligaciones a lo largo de nuestra vida laboral.