G20: desafiando la ralentización económica
La reunión del G20 en Fukuoka (Japón) ha mostrado como los estados buscan más formas de seguir con el expolio fiscal para la economía digital
Desde principio de año no se ha producido ningún hecho relevante que en Blackbird nos lleve a modificar nuestra hipótesis operativa. El efecto de las reformas fiscales de Donald Trump es moderado sobre el PIB norteamericano (0,60%) y la ralentización económica como consecuencia de la subida de tipos en USA y la guerra comercial, lo que sin duda deja vulnerable a los diferentes mercados cotizados de activos.
Dicha ralentización económica se ha abordado con atención en la convención del G20 en Fukuoka (Japón) este fin de semana, en la que los ministros de economía de las principales potencias económicas del planeta, han debatido sobre la actualidad, los riesgos y las oportunidades de las diferentes políticas económicas.
Entendiendo afortunadamente y de forma clara el mensaje de los mercados acerca de que la guerra comercial y las tensiones geopolíticas se han intensificado y por ello hay que fortalecer la cooperación internacional, los miembros del G20 han transmitido un mensaje de optimismo y claro compromiso sobre las reformas fiscales, especialmente España en el marco de presentación a inversores internacionales, sacando pecho de un crecimiento por encima de la media europea.
La inversión en infraestructuras y la fiscalidad sobre los nuevos modelos de negocio en la era digital son todo un desafío sobre el que ninguna nación puede perder la oportunidad de buscar nuevas formas legales para expoliar en un sector que les viene cuanto menos grande. Regulación y políticas presupuestarias, junto con la aceptación de que la ‘Trade War’ es más un problema provocado por el capricho del Sr. Trump que una solución, son algunos de los temas tratados por nuestros líderes. Y algo que probablemente guste a las bolsas sea que el secretario del Tesoro de USA Steven Mnuchin haya declarado como provechosa la reunión mantenida con el gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, con el objetivo de resolver sus tensiones comerciales.
Recuperación moderada
Con el optimismo por bandera, el G20 mantiene el mensaje de recuperación moderada en el segundo semestre de 2019 (parecida al repunte de 2016) en contraposición con los aires que vienen por parte de algunos de nosotros como economistas, que nos adentramos de manera irremediable en la opinión de una recesión económica latente. Claro está que a colación de las últimas palabras de Powell y Draghi, apostamos más por lo segundo que por lo primero, habida cuenta que el Sr. Powell moderó su discurso dejando abierta la puerta a una bajada de tipos, mientras que Draghi por otro lado promete tipos al 0% al menos hasta la segunda mitad de 2020. Estas políticas monetarias otra vez favorables para los mercados, invitan al optimismo del G20.
Más gasto público
Es indiscutible plantear como escenario una ralentización económica mundial -así al menos lo explican los indicadores adelantados del ciclo económico- que siguen mostrando una orientación negativa a escala global. Este acontecimiento es especialmente notable en Europa, en el que el descontento social en Francia e Italia, así como la fuerte desaceleración en Alemania, permite pensar en una nueva ronda de expansión del gasto público, que junto con la idea de Powell de revisar su política monetaria, deja claro que los estados no menosprecian el actual momento económico y van a poner toda la carne en el asador, para impulsar el ciclo nuevamente hacia el crecimiento.
La expansión del gasto hacia infraestructuras es una realidad comoe stamos viendo en la industria ferroviaria mundial
En este sentido, creo que las empresas cíclicas pueden ser las más beneficiadas de este cambio de actitud, puesto que unas políticas económicas facultadas a crear consumo, ya han demostrado el enorme fracaso de los bancos centrales, si tenemos en cuenta su mandato, ¡que es cuidar la inflación! La expansión del gasto hacia las infraestructuras, es ya una realidad como por ejemplo estamos viendo en la industria ferroviaria de todo el mundo. Y considero que esta será la dinámica, puesto que como les comentaba, Francia y Alemania por necesidad e Italia y España por voluntad se suman a la idea electoral de Donald Trump de mejorar las infraestructuras de Estados Unidos.
Con todos estos ingredientes encima de la mesa, la actualidad de los mercados se presenta cuando menos interesante, con esta yuxtaposición entre políticas monetarias y políticas presupuestarias, que darán cabida a una realidad económica que se debate entre un repunte cíclico o una recesión. Y en lo que como no podía ser de otra manera, Donald Trump tiene la última palabra, pero ¿acabará callando o atacando? El tiempo, como siempre, lo acabará poniendo todo en su justo lugar.
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