El fondo francés Ardian invierte más de 1.500 millones en el sector de telecos español en menos de un año
El fondo francés Ardian ha invertido en España más de 1.500 millones de euros en menos de un año tras la reciente compra del operador mayorista de telecomunicaciones Aire Networks y de la compañía de fibra Adamo, ambos con presencia relevante en el mundo rural, en una clara señal del enorme interés internacional que está despertando la tremenda demanda por contar con banda ancha de calidad en la España vaciada.
Sin duda, la adquisición de Aire Networks por 600 millones corrobora la posición de España como mercado estratégico para la firma de inversión gala, después de que en octubre del año pasado su fondo de infraestructuras sellara un acuerdo con la firma de capital riesgo sueca EQT para comprar el 100% de Adamo, en una transacción valorada en torno a 1.000 millones.
También se ha confirmado la predilección de Ardian por compañías en pleno crecimiento dentro del sector de las telecomunicaciones español. El fondo es sabedor de que en los próximos dos o tres años el 99% de la población va a tener fibra óptica y ha visto claro que podrá rentabilizar todo lo posible su inversión en un segmento, el de la España rural, donde operadores como Adamo están tendiendo fibra a un ritmo exponencial -25.000 viviendas al mes- desde la pandemia del coronavirus.
Precisamente, fue entonces cuando muchas personas, ante la posibilidad del teletrabajo, decidieron mudarse durante una temporada a sus segundas residencias, muchas de ellas en pueblos donde viven sus familias. La fuerte demanda de internet de alta velocidad con suficientes megas para poder desarrollar el mismo rendimiento laboral que en las grandes urbes españolas aceleró más el despliegue de fibra en esas zonas, adonde cada vez es más frecuente que la gente se desplace para trabajar en remoto ya como de costumbre.
Apetito voraz
No es casualidad que Telefónica haya creado una sociedad de fibra rural, para la que busca un socio inversor que adquiera en torno al 45% de la misma, muy consciente del apetito voraz del capital riesgo por este tipo de activos, que crecen rápidamente. En Adamo, por ejemplo, «quieren engordarlo y venderlo después», señalan fuentes del sector a este diario.
Ahora el fondo ‘buyout’ de Ardian ha comprado a la compañía de capital riesgo Magnum una participación de control en Aire Networks, que posee una red que supera los 32.000 kilómetros y cubre el 90% del territorio a través de fibra óptica y radioenlaces. Este operador está en fase de crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, desde 2019, lo que atrae a Ardian, según comentan otras fuentes del sector, además del hecho de que los fundadores están detrás detrás de la gestión. Para el fondo, «es importante que haya una serie de valores que se sigan manteniendo», indican.
Ardian también tiene una relación satisfactoria con los directivos de Adamo y está contento con el funcionamiento del negocio. Fuentes del sector afirman que existe «muy buena sintonía» entre el fondo y los responsables de la empresa, lo que ha quedado patente en las diferentes reuniones que han celebrado ambas partes desde la compra el año pasado, en las que, según cuentan, se ha establecido un objetivo claro: «Meter fibra óptica hasta debajo de las piedras en cantidad de pueblos».
«El sector de las telecomunicaciones es muy atractivo. Al final ofrece una rentabilidad muy buena», explican otras fuentes también del sector. «Han surgido esas dos operaciones que eran muy interesantes [para Ardian]. La del fondo de infraestructuras va fenomenal y, en este caso [en el de Aire Networks], cumplía con las expectativas», agregan.
La idea de Ardian es que su inversión en ambos operadores sea a largo plazo. Las inversiones de los fondos de capital riesgo suelen tener una madurez de cinco años, el tiempo razonable para recoger la rentabilidad deseada, pero estas fuentes inciden en que eso no es aplicable al 100% de los casos. «Lo que se pretende es continuar con el crecimiento. Si eso tarda 5, 6 o 7 años, fenomenal», aclaran las mismas fuentes. «Hasta que no cumpla objetivos no se va a ir», adelantan.