Telecomunicaciones

El operador Adamo llevará fibra a 630.000 hogares de la España vaciada en 2023

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Martin Czermin, consejero delegado de Adamo.

El operador de telecomunicaciones Adamo prevé llegar a 630.000 hogares en zonas rurales de 20 provincias españolas entre 2021 y 2023, gracias a que es uno de los principales adjudicatarios del Programa de Banda Ancha a Nueva Generación (PEBA-NGA 2020-2022), financiado por el Estado y la Unión Europea, tanto en la convocatoria de 2020 como en la de 2021, así como en el Programa ÚNICO-Banda Ancha. En total, ha recibido 107 millones de euros en subvenciones para llevar internet de alta velocidad a la España vaciada.

La compañía con sede en Barcelona cuenta con una estrategia que da prioridad a las áreas rurales y a las nuevas zonas urbanas con una elevada densidad de población, proporcionando la fibra óptica más rápida disponible actualmente en el mercado (1.000 Mb). Estos proyectos asociados a los planes PEBA y ÚNICO ya se están desarrollando, indicó un portavoz de la empresa.

Esas ayudas se otorgan para la extensión de redes de comunicaciones electrónicas de banda ancha ultra rápidas en las denominadas zonas blancas: aquellas sin cobertura actual y que no tienen previsiones de despliegue en los próximos tres años. La extensión de la banda ancha al 100% de la población con una velocidad de al menos 100 Mbps es un compromiso del Gobierno recogido en la estrategia España Digital 2025.

Adamo percibió 72 millones de euros en 2020 bajo el paraguas del programa PEBA y otros 8 millones en 2021 dentro del mismo marco de subvenciones -en este caso para su despliegue íntegramente en la provincia de Granada-, mientras que a finales del año pasado se le adjudicaron 27 millones de euros en virtud del programa ÚNICO.

Músculo financiero propio para desplegar fibra

Junto a las ayudas, Adamo cuenta con 600 millones de euros destinados a potenciar su plan de expansión. Esa inyección de capital llegó en julio de 2021 de la mano del fondo de inversión sueco EQT, que posteriormente vendió el negocio a la firma de capital riesgo francesa Ardian por unos 1.000 millones de euros. Con esos recursos el grupo pretende complementar el despliegue de infraestructuras en caso de que en un municipio haya más viviendas de las incluidas en los programas para llevar la fibra al mundo rural.

La pandemia acentuó las necesidades de conexión en el hogar como consecuencia del teletrabajo, algo que se ha notado especialmente en los municipios de España. «Cuando llegó el equipo de Adamo para instalar fibra a un pequeño pueblo de Navarra, la gente empezó a aplaudir espontáneamente», comentan fuentes de la compañía como una anécdota que refleja esa acuciante demanda.

Recientemente, Adamo anunció que su fibra óptica conectará a 1.116 domicilios de Castro de Rei, en Lugo, desde abril a finales de año, y que llegará a más de 10.000 viviendas en la provincia de Badajoz en 2022. Y en los próximos días Adamo concluirá el despliegue de red que comenzó en febrero en Venta del Moro, Valencia, con lo que su conexión a internet pasará de 1 Mb y un máximo de 20 a 1.000 Mb, un 5.000% más, un antes y un después en la estabilidad de la señal que reciben los residentes, que a partir de ahora tendrán acceso a educación on line, compras por internet, citas médicas telemáticas o el disfrute de videojuegos, series y películas en remoto.

Gracias a que cuenta con infraestructura propia, además de Internet, Adamo -el operador de telecomunicaciones que más ha crecido en el ámbito rural en el último año en España- proporciona a los clientes telefonía fija y móvil, así como servicios para el mercado mayorista.

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