El FMI eleva su previsión de crecimiento para España al 2,9% en 2025 y al 2% en 2026
España liderará este año la expansión entre las grandes economías avanzadas, frente al 2% de EEUU y el 1,2% de la eurozona

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus expectativas de crecimiento para la economía española en 2025 y de cara al próximo año. En concreto, el FMI ha estimado que el ritmo de expansión previsto para la economía española va a ser del 2,9% este año, cuatro décimas más de lo anticipado previamente, y del 2% en 2026, lo que implica una mejora de dos décimas respecto del último pronóstico de la institución con sede en Washington, según el informe Perspectiva Económica Mundial, publicado este martes.
Por tanto, a pesar de que las proyecciones de crecimiento del FMI para España suponen una desaceleración respecto del aumento del 3,5% del PIB en 2024, España se situará este año como una gran economía desarrollada. Mientras que el próximo curso sólo crecería una décima menos que Estados Unidos (2,1%) y casi el doble que la zona euro (1,1%).
Así, la mejora de la previsión del FMI para 2025 supera incluso las expectativas del propio Gobierno español, que en septiembre revisó una décima al alza su pronóstico de crecimiento para este año, desde el 2,6% al 2,7%, mientras que mantuvo en el 2,2% la previsión para 2026 y en el 2,1% la correspondiente para cada uno de los dos años posteriores.
El pasado mes de septiembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también revisó al alza su pronóstico de crecimiento para España de cara a 2025 y 2026, hasta el 2,6% y el 2%, respectivamente.
El mejor desempeño económico de España respecto de lo esperado anteriormente ha llevado también al FMI a corregir sus proyecciones sobre desempleo en el país, reduciendo al 10,8% la tasa de paro prevista para 2025 y al 10,7% la de 2026.
El desempleo sigue siendo superior a lo previsto
Aún así, el nivel de desempleo español seguirá siendo sustancialmente superior al previsto para la zona euro, con una tasa de paro del 6% en 2025 y del 5,9% un año después.
En cuanto a la evolución de los precios, el documento de previsiones macroeconómicas del FMI contempla que la tasa de inflación de España alcanzará este año el 2,4%, frente al 2,2% proyectado la pasada primavera, y se moderará al 2% el próximo año, una décima por encima de lo previsto con anterioridad.
En comparación con el promedio del 2,1% anticipado por la entidad para zona euro en 2025, España registraría un diferencial de precios desfavorable de tres décimas, que el próximo año se estrecharía a una décima, ya que el FMI augura una tasa de inflación para la eurozona del 1,9% en 2026.
El FMI eleva el crecimiento mundial
A nivel global, las nuevas proyecciones del FMI muestran una ligera mejoría en el ritmo de crecimiento esperado este año, con la expectativa de que el PIB mundial crecerá en 2025 un 3,2%, dos décimas más de lo previsto en julio, mientras que mantiene el pronóstico para 2026 en el 3,1%.
En este sentido, a medida que el nuevo panorama toma forma, «el mundo se está adaptando», afirma el FMI, para el que, hasta la fecha, las medidas comerciales más proteccionistas «han tenido un impacto limitado» en la actividad económica y los precios.
Asimismo, destaca que esta inesperada resiliencia de la actividad y la moderada respuesta inflacionaria reflejan, además de que el impacto arancelario ha sido menor de lo anticipado originalmente, una serie de factores que brindan «un alivio temporal», en lugar de una fortaleza subyacente en los fundamentos económicos.
En concreto, recuerda que hogares y empresas anticiparon su consumo e inversión en previsión de aranceles más altos, impulsando temporalmente la actividad mundial a principios de 2025, mientras que los retrasos en la implementación de las tarifas permitieron a las empresas posponer los aumentos de precios, además de que, en lugar de apreciarse, como ocurrió en episodios anteriores de tensiones comerciales, el dólar se depreció, impulsando el comercio mundial y contribuyendo a unas condiciones financieras globales favorables.
No obstante, el FMI advierte de que un panorama económico internacional más fragmentado agrava los desafíos que enfrentan muchos países para mejorar sus perspectivas de crecimiento a medio plazo, como el envejecimiento de la población y el bajo crecimiento de la productividad.
De tal modo, ante la falta de reformas estructurales duraderas, las previsiones de crecimiento para el horizonte a cinco años del informe del FMI «siguen siendo mediocres», ya que se proyecta que el PIB mundial se expandirá a un ritmo anual promedio del 3,2% en el período 2027-2030, por debajo del promedio histórico del 3,7% anterior a la pandemia (2000-2019).