La Fiscalía ‘caza’ a un hombre de confianza de FG destruyendo pruebas y lo convierte en testigo clave
Una denuncia anónima enviada a la Fiscalía Anticorrupción el pasado verano hizo que el Ministerio Público centrara su atención en Antonio Béjar tras una destrucción de documentos aparentemente irregular.
Una denuncia anónima recibida en la Fiscalía Anticorrupción el 16 de julio de 2019 puso al Ministerio Público sobre la pista y ha sido una de las claves para que la defensa conjunta de los directivos de BBVA, en línea con los argumentos marcados por Francisco González, se derrumbara.
Esta denuncia anónima señalaba a Antonio Béjar como «el que encargó la destrucción de unos documentos procedentes de BBVA», concretamente discos duros y 19 cedés que, según consta en la documentación del sumario, fueron destruidos el 24 de junio por la empresa Normadat.
La Fiscalía advirtió entonces que la persona que debía haber hecho la entrega del material para su destrucción estaba fallecida, tal y como decía la denuncia anónima, y que esto señalaría una «seria irregularidad en el encargo de destrucción de material informático que se llevó a cabo por Distrito Castellana Norte».
El cerco se estrechaba sobre Béjar, que en su declaración del 4 de julio, en la que sólo respondió a su abogado defensor, reconoció las contrataciones de la empresa del ex comisario José Villarejo por parte de BBVA para localizar patrimonio de deudores que permanecía oculto. La situación para Béjar se complicaba: una posible imputación del delito de destrucción de documentos.
En ese momento la Fiscalía realizó una acción que es muy habitual en el Ministerio Público: pedir la colaboración de Antonio Béjar en la investigación a cambio de ser menos duro con los cargos que se le podrían imputar.
Hay que tener en cuenta que solamente un delito de destrucción de documentos podía sumar algún año de condena al directivo, para el que se estaban estimando unas medidas cautelares que estimaban una fianza de más de medio millón de euros y que finalmente salió de la Audiencia Nacional por su propio pie y sin medida cautelar alguna. En ese momento Francisco González y el resto de la cúpula de BBVA supieron que Béjar había ‘cantado’ y que, desde ese momento, se colocaba fuera de su control y de la estrategia de defensa general del banco.
En su declaración
Béjar certificó en su propia declaración ante el juez durante el mes de julio que fue el propio Francisco González quien de forma personal le informó de que iban a contratar «la empresa de Julio Corrochano». Esto derrumba el principal argumento de FG, que es que él no ordenó la contratación de Villarejo ni conocía de que era el ex comisario quien estaba detrás de Cenyt.