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Los bancos y la competencia de las Fintech

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Los bancos europeos en general, y los españoles en particular, están teniendo cada vez más problemas para mantener sus arcaicas estructuras debido a los elevados costes que soportan. Además, muchos de ellos, como comentábamos en otro artículo publicado en este diario sobre las conclusiones del II Informe de Inversión Digital realizado en mayo de 2016 por Feelcapital, todavía no han entendido que el futuro de sus operaciones pasa por la digitalización de sus organizaciones para poder ofrecer un mejor servicio a su cada vez más exigente cliente.

Su problema, como se ve, no es la ralentización económica ni las vicisitudes del mercado, como pudo ser la llegada del Brexit. Ahora tienen una nueva competencia a la que enfrentarse: las empresas Fintech.

Históricamente el negocio principal de los bancos ha sido guardar el dinero depositado por sus clientes para prestarlo a otros a cambio de un determinado interés. También la creación de vehículos de inversión, lo que hacían lógicamente a cambio de cobrar una comisión. Todo este modelo de negocio se está viendo afectado en parte por el largo periodo en el que los tipos de interés están prácticamente a cero e incluso en territorio negativo, y en parte también por la llegada de nuevos competidores como las mencionadas Fintech que, a diferencia de los bancos, han sabido sacar provecho de la llegada de las nuevas tecnologías.

Como consecuencia del uso de las nuevas tecnologías, estos nuevos competidores son más eficientes y ofrecen los mismos servicios a sus clientes a un menor coste.

Es cierto que los bancos siguen siendo los encargados de guardar el dinero de los ciudadanos, pero estos nuevos actores cobran menos comisiones y no tienen que asumir los elevados costes de las sucursales que han llevado a muchas entidades financieras a cerrar o a fusionarse con otras. Así, hemos asistido al nacimiento de bancos como N26 donde los clientes pueden realizar todas sus operaciones por Internet a través de cualquier dispositivo móvil. Eso de pasarse por la sucursal a enseñar el DNI y firmar el documento de apertura de cuenta ha pasado a la historia. Ahora se puede hacer de forma online a través de una webcam.

También hay Fintech que desde finales de 2013 ofrecen créditos poniendo en contacto a personas solventes con necesidad de crédito con otras que disponen de dinero y buscan una mayor rentabilidad que la que ofrece el depósito bancario. Y es que los depósitos extratipados también han pasado a mejor vida.

También está nuestro caso, el de Feelcapital, que asesora de forma automática a los partícipes en fondos de inversión escogiendo los mejores entre un universo de más de 27.660 fondos traspasables de 248 gestoras. Somos totalmente independientes ya que nuestros algoritmos componen las carteras de activos en función del perfil de riesgo individual de cada uno de los partícipes y su horizonte temporal de inversión, a diferencia de los bancos que recomiendan casi siempre sus propios fondos o aquellos donde tienen más intereses comerciales.

El estancamiento de los bancos es evidente porque no han sabido evolucionar ni han podido aligerar sus estructuras organizativas. Su supervivencia dependerá de su agilidad para subirse al tren de la tecnología y su capacidad para ofrecer servicios a costes más baratos, tal y como hacen ya las Fintech.

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