España tiene el impuesto de Patrimonio más alto del mundo desarrollado
El impuesto de Patrimonio es una figura fiscal en vías de extinción a nivel mundial. De las grandes economías desarrolladas del mundo agrupadas en la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económico (OCDE), tan sólo lo mantienen dos Estados miembros de la Unión Europea, España y Francia (donde se llama Impuesto de Solidaridad sobre la Riqueza), Noruega y Suiza (donde se aplica en algunos cantones). Dentro de España, la cuota más elevada se paga en Extremadura.
Según el informe El Impuesto sobre el Patrimonio… en la cara de la clase media de la Fundación para el Avance de la Libertad y la Unión de Contribuyentes, España es el país que tiene de media la tarifa máxima de este gravamen más elevada a nivel mundial. Dado que se trata de una figura impositiva regulada por las comunidades autónomas, la tasa que se paga varía de unas regiones españolas a otras. En Madrid, por ejemplo, está bonificado al cien por cien, por lo que en la práctica no existe.
Extremadura ha fijado un tipo máximo del 3,75%, lo que le sitúa muy por encima del 1,50% de Francia y el 0,85% de Noruega, o del 1,25 de Argentina y el 1,15% de Colombia (países no miembros de la OCDE donde también existen). El tipo superior medio en España es del 2,5%. Otras comunidades autónomas que se sitúan por encima de la media nacional son Andalucía, Asturias, Baleares, Cataluña, Galicia, Murcia la Comunidad Valenciana.
Aragón, Guipúzcoa y Navarra, los más gravoso para la clase media
Al margen del tipo máximo, el mínimo exento (por debajo del cual no hay que pagarlo) es un elemento fundamental a la hora de medir la repercusión de este impuesto sobre las clases medias. La legislación nacional lo fija en 700.000 euros, pero algunas comunidades lo ha rebajado en sus territorios. Es el caso de Aragón, que lo ha fijado en 400.000 euros; Cataluña, 500.000 euros; Navarra, 550.000 euros, y la Comunidad Valenciana (600.000 euros). Por el contrario, los territorios forales de Álava y Vizcaya han aumentado el mínimo exento hasta 800.000 euros.
Aunque haya subido el mínimo exento, en Guipúzcoa el impuesto llega a ser “confiscatorio”, según denuncia el informe, debido a la eliminación del “escudo fiscal”. Este es una figura que garantizaba, y sigue haciéndolo en el resto de España, que el pago del IRPF más el Impuesto de Patrimonio no exceda el 60% de los ingresos anuales de un contribuyente. Al quitar este límite, muchos contribuyentes de esta provincia vasca tendrán que vender parte de sus propiedades para hacer frente al gravamen o pueden optar por mudarse a otras partes de España.
Navarra es otro caso en el que la rebaja del mínimo exento se ve anulada por otras reformas que han generado “inseguridad jurídica absoluta”, según el estudio. Esta comunidad aplica un límite en la deducción de vivienda habitual de 250.000 euros, por debajo de lo establecido por la norma estatal
Esto hace que las clases medias en Navarra, paguen una cuota que duplica la de la mayoría de las comunidades, a pesar que el tipo impositivo en Navarra es más reducido (entre 0,16 y el 2%). Por último en Navarra, los bienes y participaciones empresariales que están exentos en el resto del territorio (desde 1994) pasan a tener una deducción del 100% para los primeros 1.000.000 euros y del 80% para el resto.
Un impuesto en vías de extinción
A lo largo de las últimas décadas, la mayor parte de los países de la OCDE han eliminado el Impuesto de Patrimonio para las personas físicas. En Europa, lo han hecho por ejemplo Italia (1992), Austria (1994), Dinamarca (1997), Irlanda (1997), Alemania (1997), Países Bajos (2001), Finlandia (2006) y Suecia (2007) lo han derogado para las personas físicas. En el caso de Alemania fue la Justicia quien lo derogó en 1997 por considerarlo anticonstitucional.
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