Ex consejeros del Popular acusan a Guindos de nombrar presidente a Saracho para vender el banco
Los antiguos consejeros de Banco Popular más críticos con la gestión de Emilio Saracho acusan al ministro de Economía, Luis de Guindos, de haber sido el principal promotor del nombramiento de este ex vicepresidente de JP Morgan. Y no sólo eso: también consideran que el objetivo de ambos fue llevar al Popular a una situación de crisis que desembocara en una venta a otra entidad, como finalmente sucedió.
Así lo han confirmado varios altos cargos empresariales y responsables de sociedades financieras con los que han contactado estos ex consejeros del Popular. Aunque no todos ellos comparten la tesis de que todo se organizó para que el banco cayera en las manos del Santander, en lo que si parecen estar de acuerdo es en el papel determinante de Luis de Guindos para que fuera Saracho el encargado de este trabajo sucio.
En esta línea, los antiguos responsables del Popular consideran que la supuesta elección que se produjo, mediante votación en el consejo de administración, «no fue nada más que un teatro» destinado a trasladar una falsa imagen de democracia interna. Según la versión oficial, los dos candidatos que llegaron a la recta final para presidir Popular fueron el propio Saracho y el ex presidente de Endesa y actual consejero de El Corte Inglés, Manuel Pizarro.
Los consejeros más críticos creen que esa votación estaba amañada. Sea como fuere, el resultado final fue que Saracho logró siete votos a favor, frente a los cinco de Pizarro. Horas después el elegido recibió la llamada del presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, y posteriormente el banco anunció que se habría un “proceso ordenado” para que Ron dejara la presidencia y fuera sustituido por Saracho.
Antes de esta votación, otros candidatos habían rechazado dirigir los designios del Popular, un banco que ocultaba un enorme agujero (que hoy Santander cifra en más de 10.000 millones de euros). José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, y Ángel Corcóstegui, actual consejero del portugués Caixa Geral, se negaron a asumir este reto tras ser contactados por la firma de headhunters Spencer Stuart.
“Una vez que Saracho cogió el timón del Popular realizó, paso por paso, todo lo necesario para llevar al banco al borde del abismo en una actuación premeditada. ¿Si no cómo se entiende que en su primer discurso a los accionistas dijera que no era posible seguir en solitario y que la única salida era una venta o una ampliación de capital”, señala un consultor de una de las Big Four que operan en España.
El Ministerio de Economía siempre ha negado que la resolución y posterior venta del Popular tuviera un componente político, señalando que las decisiones que tomó el consejo de administración del banco se adoptaron sin injerencia de los poderes públicos y que la resolución se produjo por mandato de Bruselas.
Más allá de los rumores, lo cierto es que afectados del Popular han demandado a Saracho por su gestión al frente de la entidad, así como a su predecesor. La Fiscalía Anticorrupción ha pedido la admisión a trámite de una treintena de querellas que se interpusieron contra los ex presidentes, así como contra sus respectivos consejos de administración, por su responsabilidad en la quiebra de la entidad.
Anticorrupción ha entregado ya su escrito al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, el instructor encargado del caso desde que el pasado 7 de junio se anunciara que el Banco Santander había comprado por un euro el Popular tras el proceso de resolución bancaria iniciado por la Junta Única de Resolución (JUR) en Bruselas tras constatar el Banco de España la crisis de solvencia y liquidez del Popular y que fue ejecutado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).