Empleo

El espejismo laboral de Díaz: 290.000 personas han firmado más de un contrato indefinido tras la reforma

contrato indefinido
Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz continúa en su burbuja. Este mismo lunes la ministra de Trabajo ha alardeado de que gracias a la reforma laboral el número de contratos indefinidos se ha disparado, reduciendo de manera casi divina la temporalidad. Una afirmación que está muy lejos de los datos: desde el pasado mes de mayo, el número de personas que ha firmado más de un contrato indefinido ha ascendido a más de 290.000. 

La campaña de verano era la prueba de fuego para la reforma laboral de Yolanda Díaz, y lo cierto es que no la ha superado. En junio, julio y agosto, meses caracterizados por una fuerte contratación temporal por el turismo, 131.000 personas han firmado más de un contrato indefinido. Esto supone que las empresas se ven obligadas a utilizar contratos fijos para actividades temporales, utilizando la firma de indefinidos de manera recurrente, encadenando contrataciones y despidos.

Una cifra que se ha ido incrementando conforme las necesidades del mercado de trabajo: en el mes de mayo, 37.000 personas firmaron más de un contrato indefinido, cifra que ascendió a 131.000 en los meses de junio, julio y agosto por la campaña de verano. En septiembre, la cifra de personas que firmaron más de un contrato indefinido volvió a moderarse hasta las 39.000, ascendiendo a 42.000 y 40.000 en octubre y noviembre respectivamente, según Randstad Research.

Además, durante los meses de verano, el 20% de los nuevos contratos firmados tuvo una duración de menos de una semana, por lo que la temporalidad continúa enquistada en el mercado de trabajo. En el mes de junio se firmaron 1,7 millones de contratos, de los cuales 358.397 tenía una duración inferior a los 7 días. Algo similar ocurrió en el mes de julio, cuando se firmaron 301.038 contratos que no alcanzaron la semana de duración de un total de 1,65 millones. De esta forma, los contratos de una semana suponen un 20% del total de los registrados en los meses de verano, según los detalles de la estadística de contratos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

El propio vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha sacado los colores a Díaz, reclamando una «mayor transparencia» sobre los contratos de trabajo fijos discontinuos ante la relevancia que han adquirido en los últimos meses. De Guindos ha subrayado que, como defiende el Gobierno, la contabilización de este tipo de contratos -que ha generado cierta polémica en los últimos meses- «siempre ha sido la misma, no ha habido ningún cambio». Sin embargo, ha puntualizado que «lo que sí ha cambiado es la relevancia», porque desde la aprobación de la reforma laboral muchos contratos temporales han pasado a ser fijos discontinuos y «cuando la relevancia es mayor es importante tener mayor transparencia».

Y es que es el mismo problema pero con otro nombre. Yolanda Díaz ha maquillado bajo el término fijos discontinuos una temporalidad que sigue enquistada en el mercado laboral. Desde abril, cuando finalizó la moratoria de tres meses para que las empresas obligatoriamente tuvieran que hacer fijos discontinuos a los temporales, más de 1,2 millones de personas han firmado este tipo de contrato, que significa que en los periodos que no están trabajando cuentan como ocupados en las estadísticas oficiales.

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